Al Valencia no le sentó nada bien la primera sesión de la semana en Paterna. Pablo Hernández sufrió un pinchazo en los isquiotibiales de la pierna derecha que le impedirán jugar con casi toda seguridad las tres jornadas de Liga que restan para la finalización de la temporada. Vicent Guaita, por su parte, sufre un proceso vírico con fiebre incluida que le convierte en seria duda para el partido del miércoles contra el Espanyol. Dos contratiempos con los que no contaban los técnicos para viajar a Barcelona. El regreso de César a la portería después de cuatro jornadas y la continuidad de Joaquín en la derecha podrían ser las soluciones.

Lo que ya no puede tener solución es la lesión de Pablo. El castellonense sufrió un pinchazo en los isquiotibiales de la pierna derecha cuando se disponía a dar un centro desde la banda derecha. Pablo intentó seguir el ejercicio, pero apenas duró un minuto sobre el césped de Paterna. El jugador fue atendido por el doctor Luis Silvestre a pie de campo y se vio obligado a retirarse del entrenamiento —se fue tocándose la parte posterior del muslo —en compañía de Candel para ser explorado en el interior de las instalaciones blanquinegras. El futbolista se marchó dolido de las instalaciones, porque es su primera sesión de la temporada y porque sabe que, como mínimo, estará diez días de baja, aunque con el consuelo de que todo puede quedarse en contractura y no en una rotura o microrrotura como se creyó en un primer instante. Mañana por la mañana se someterá a una resonancia magnética para conocer el alcance de la lesión.

Menos grave es lo de Guaita. El de Torrent padece un proceso vírico con ligeras décimas de fiebre incluida que le convierte en seria duda par el partido en Barcelona. El portero comenzó a sentir los primeros síntomas de la enfermedad el pasado sábado tras el partido. El guardameta blanquinegro empezó a sentirse mal un día después y fue el lunes cuando el virus empezó a hacer estragos. Vicent, con dolores musculares, sudores y unas ligeras décimas de fiebre, acudió a Paterna para ser explorado por el doctor Candel y ni siquiera saltó al césped de Paterna. Los médicos le recomendaron guardar reposo domiciliario con antibiótico. Será este martes cuando los galenos vuelvan a explorar al portero para comprobar su evolución. Si es favorable, ha pasado buena noche y la fiebre no ha subido, tendrá opciones. Si no ha mejorado y todavía está débil, será una de las bajas.

César puede tomar el relevo

Si el estado de salud no mejora, Guaita tendrá que dejar la portería del Valencia en manos de César. Aunque no se tomará ninguna decisión hasta que se comprueben las condiciones en las que llega el de Torrent a este último entrenamiento de cara al partido del Espanyol, las previsiones de ayer no eran del todo esperanzadoras. El cuerpo médico piensa que el jugador puede estar debilitado —especialmente en los músculos— después del proceso vírico y sería difícil que estuviera al cien por cien. Si no es así, Emery optará por devolver a la portería a César como ya sucedió contra el Getafe y el Villarreal. El de Coria ha sido suplente en las últimas cuatro jornadas de Liga ante el Almería, el Real Madrid, Osasuna y el sábado pasado ante la Real.