No conviene poner siempre el ejemplo de Guardiola y el Barcelona para hablar de cantera, y menos conviene extrapolar lo que el club azulgrana hace con sus futbolistas jóvenes con lo que deben hacer otros clubes, porque de tal comparación sale un cóctel que difícilmente se ajusta a la realidad. Sí conviene en cambio copiar algunas actitudes de aquellos clubes de fútbol —como por ejemplo el Barcelona— que hacen bien algunas cosas. Es el caso de Guardiola, que en estos momentos es algo así como el gurú de todo aquello que tiene que ver con dar oportunidades a los chavales jóvenes. Al final, lo que queda es que en el fútbol, como en la vida, cada uno encuentra lo que busca, y el técnico del Barça siempre ha buscado motivos para darle oportunidades a Pedro al tiempo que siempre ha encontrado motivos para no darle oportunidades a Bojan.

También conviene volver a remarcar que no es de recibo comparar lo que hace el Barcelona con su cantera con lo que hace el Valencia con la suya, de la misma manera que no conviene comparar al entrenador del Barcelona con el del Valencia —ni al Barça con el Valencia, claro—. Eso sí, probablemente Isco sí supere una comparación con cualquier futbolista de la cantera del Baça, la diferencia está en que el canterano del Valencia no termina de tener un puesto garantizado en la plantilla del primer equipo. De esto se deduce que el Valencia, como club, todavía no se ha aclarado consigo mismo. Dicho de otra manera, si el Valencia quiere —es decir, su entrenador o su director deportivo, o los dos— siempre tendrá motivos para no poner a Isco, y en ese sentido no hay más que repasar la temporada recién terminada. Y si el Valencia quiere también, siempre encontrará motivos para darle a Isco tantas oportunidades como crea conveniente hasta el punto que se pueda decir que si alguien ha fracasado en el intento, es el jugador.

Pero no es el caso. En lo que a Isco se refiere, el Valencia parece navegar en la indefinición, y eso que en la temporada 2010/11 ha debutado en Liga, Copa y Champions, y ha entrenado prácticamente toda la temporada con el primer equipo. De momento, esta indefinición ha dejado al malagueño en el mercado, con una cláusula de rescisión de seis millones de euros y dos temporadas más de contrato. Esto, vistos los partidos que ha hecho el chaval con la selección sub´19 es lo mismo que decir que en el Valencia tiemblan los cimientos ante la posibilidad de que alguien ponga los seis millones de euros sobre la mesa.

Cierto que a día de hoy es una posibilidad que parece remota, pero sin ir más lejos los diarios andaluces hace semanas que hablan del interés del Málaga, que a día de hoy no ha movido ficha pero puede moverla en cualquier momento. La realidad es que cualquier equipo con posibilidades económicas está atento a la situación Francisco Alarcón ´Isco´.

O el Valencia es capaz de convencer al futbolista de que no tiene dudas en su discurso y que tampoco tiene dudas en lo que a su progresión como futbolista se refiere, o cualquiera de los muchos equipos que han clavado sus ojos en él podrá convencerle.Y no es una cuestión de dinero. Si pasa esto, habrá que preguntarse por qué no fructificaron la temporada pasada el inicio de las negociaciones para ampliar el contrato al chaval y mejorar su cláusula. Es más, habrá que preguntarse si el Valencia fue consciente entonces de que estaba ante un futbolista diferente, y si hizo una valoración de presente y de futuro. Doce meses después, parece que no.

En ese sentido, la cuestión ahora se centra en que el coordinador de la secretaría técnica cree ciegamente en el futbolista y ha luchado de manera interna para que tenga un sitio en el primer equipo, pero el entrenador no parece compartir esa opinión futbolística y es más partidario de la cesión. En ese sentido Emery se mojó por Isco el mismo día en que se oficializó su renovación, pero su discurso ha ido cambiando con el paso de los días, es más, hasta podría decirse que se ha vuelto más realista en cuanto a lo que él piensa del jugador. Conviene repasar las palabras del entrenador de principios de esta semana al periódico Levante-EMV cuando se le preguntó si iba a contar con la cantera: «Es importante que el filial esté en Segunda B. Todo tiene su proceso. En estos tres años se han consagrado dos jugadores como Guaita y Jordi Alba, y Míchel que está en camino. Hay jugadores que vienen por detrás como Isco, Alcácer, Portu o Iván que son futbolistas que puden tener su hueco en el primer equipo, pero que necesitan tiempo y su proceso. Aquí nadie regala nada. El que más cerca está es Isco, pero tiene que hacerse en un equipo que no tenga la exigencia del Valencia. Yo no puedo darle veinte partidos a un jugador si no me da resultados. Aquí hace falta jugar y ganar. Isco jugará cuando esté preparado para rendir y ganar».

La pregunta es si el Valencia es capaz de garantizar a su mejor canterano —esta situación se ha de hacer extensible a la otra joya de la corona, Paco Alcácer— una proyección deportiva en el primer equipo, o si el intento de que Isco sea uno más entre los mayores puede morir a mitad de agosto si Emery insiste en que prefiere que se marche cedido. Para ello, mejor que se tome la decisión definitiva cuanto antes. Porque no importa si es bueno para Isco o para Paco Alcácer estar en el primer equipo como uno más, o salir cedido para ganar en confianza y experiencia, lo que importa es que dentro del propio Valencia, el camino a seguir con lo chavales esté claro. Lo que importa es que el entrenador —el que sea— asuma con todas sus consecuencias que la decisión es que ´Isco se queda´, y que la asuma también con todas sus consecuencias si la decisión es que ´Isco se va cedido porque para jugar diez partidos en el Valencia, mejor que juegue 30 en otro equipo´. En definitiva, importa si Isco, que apareció como una solución, puede convertirse en un problema… Cuando no, en un problema de fondo, que es peor. Y por detrás viene Alcácer.