Ayer fue ese día del que tanto se estaba haciendo de rogar en las últimas semanas. El día en el que el Málaga presentó una nueva y más suculenta oferta por Joaquín, el Valencia la acogió de buen grado y el anunciado traspaso quedó resuelto de una por todas. En las próximas horas, así lo preven todas las partes implicadas, se hará oficial la 'fumata blanca' y el 'Pisha' pasará a la historia blanquinegra. Lo hará a cambio de entre 4 y 4,5 millones de euros, en función de variables, como una hipotética clasificación europea del cuadro blanquiazul o los goles marcados por el extremo derecho.

Y todos tan contentos. La entidad de Martiricos tendrá al deseado icono de su nuevo proyecto. Joaquín volverá a su tierra y se asegurará su último gran contrato: tres años, a razón de 2,4 millones netos por año. En cuanto al conjunto de Mestalla, que inicialmente había planificado la 11/12 con el andaluz en la plantilla, pero de que de un tiempo a esta parte ya había asumido que se quería marchar, aprovechará el dinero para afrontar la llegada de un central izquierdo. Con lo ingresado, más un poco más, Braulio Vázquez firmará al acompañante de Adil Rami. No será uno cualquiera, sino un jugador de primer nivel.

La de apuntalar el eje de la zaga, tanto para el coordinador de la secretaría técnica, como para el propio Unai Emery, es una cuestión prioritaria. Eso no significa que el Valencia vaya a abandonar la búsqueda de un recambio para el 'Pisha', de otro jugador de banda que se puede acoplar al 4-3-3, tipo Jeffrén o Lafita. Lo único que va a hacer es aparcar un tiempo los contactos y esperar a ver qué oportunidades y cifras se mueven en el mercado con el paso de los días. Urge más, por ejemplo, dar salida a algunos de los descartes.

El acuerdo entre Valencia y Málaga fue tan rápido que pilló al representante de Joaquín, Eduardo Espejo, en fuera de juego. Concretamente, en Tarragona, donde estaba negociando el futuro de otro futbolista. Por eso le tocó coger un AVE a toda prisa y presentarse en la capital de la Costa del Sol a última hora de la noche. El jugador no tuvo ese problema, ya que está veraneando en Marbella, junto a su familia, desde hace semanas.

Los coletazos definitivos de la negociación coincidieron con la presentación de otro refuerzo malaguista: el francés Toulalan. El próximo en saltar a la Rosaleda vestido de blanquiazul podría ser el extremo derecho. Aunque antes, como tenía previsto desde un principio, se despedirá de la que ha sido su afición durante las últimas cinco temporadas.

El valencianismo recordará de Joaquín su calidad, la intermitencia en su rendimiento, su cercanía en el trato, y, sobre todo, su condición de fichaje más caro en la historia del club. En el verano de 2006, Juan Soler, entonces presidente blanquinegro, pagó casi 27 millones por un jugador al que poco antes se había querido llevar Mourinho al Chelsea. Su llegada, eso sí, estuvo marcada por una excursión de un día a Albacete, ideada por Ruiz de Lopera, entonces dueño del Betis, su club de procedencia, para sacar más tajada por la venta.

Una salida anunciada

Antes o después, pero era inevitable que se produjese la marcha de el ´Pisha´ este verano. Primero, porque el Valencia corría de tenerlo a disgusto y verlo marchar dentro de un año gratis, al acabar contrato. Y segundo, y principal, porque el internacional tenía decidido desde hace más de un mes que quería jugar en el Málaga. A mediados de mayo fue cuando dio el OK al jeque, a expensas del acuerdo entre clubes. Lo único a lo que no estaba dispuesto para cambiar de aires, como reiteró en más de una ocasión a los dirigentes blanquiazules en las últimas semanas, era a forzar su salida por las malas.

El extremo comunicó a Llorente y Emery que se quería marchar hace 15 días. Sin embargo, ya antes había ido dejando pistas. La más evidente, como publicó SUPER hace una semana, es que no había matriculado a su hija Daniela en el colegio en el que había estudiado los dos últimos años. El plazo de matrícula para el curso 2011/12 se abrió en mayo, pero, a diferencia de lo ocurrido el año pasado, el andaluz no pagó los 500 euros de fianza antes de las vacaciones. Aún así, el centro, por deferencia, le estaba guardaba la plaza.