Se veía venir. Isco estaba empezando a convertirse en un problema cuando se suponía que debía ser una solución para el Valencia. Y al final de la semana pasada todavía se veía venir más cuando después del desacuerdo de los días anteriores no hubo ni un solo contacto entre el Valencia y los agentes del futbolista para tratar de desatascar una situación que quedó totalmente varada después de muchos encuentros sin conclusión. O mejor dicho, con la conclusión de que Isco iba a tener el mismo contrato, es decir, hasta 2013 con seis millones de cláusula de rescisión.

Ayer martes, poco antes del medio día, el canterano Isco Alarcón anunciaba a través de su twitter lo que el día anterior le había comunicado el Valencia de manera oficial: que el día once de julio tiene que presentarse en la Ciudad Deportiva de Paterna para hacer la pretemporada con el primer equipo. Sí, la joya de la cantera empieza en el filial... ¿Medida de presión del club? Probablemente. Tiene toda la pinta. O mejor dicho, postura firme de los gestores del Valencia porque tienen la certeza de que el futbolista ya está comprometido con el Málaga. Circustancia que, por otra parte, sus agentes —Jose y Fernando Seguí de IMG— volvieron a negar categóricamente a este periódico en el día de ayer.

Puestos a buscar culpables —o una explicación— tal vez haya que hacaerlo hace doce meses, cuando alguien del Valencia le ofreció a Isco una renovación que se puede calificar de un canterano ´al uso´ y que un tiempo después ante la certeza del propio Valencia de que el Málaga va a pagar seis millones de euros por él, se demuestra equivocada; no es un canterano ´al uso´ si un equipo paga seis millones por él. Aquella vez, como ahora, Isco tuvo que bajar al filial de Vicente Mir en plena pretemporada a pesar de las buenas maneras que mostró con el primer equipo de Emery en la concentración de Eslovenia. Ahora, la situación es la misma. ¿Por qué? Porque el contrato es el mismo. En este punto conviene escuchar los argumentos de las dos partes, porque en mayor o menor medida, los dos tienen sus dosis de razón.

El Valencia se ve en la necesidad de ampliar los años de contrato del futbolista porque si no lo hace ahora, cuando finalice esta temporada solo le quedará una, y eso equivale a perder el control sobre el jugador. Al mismo tiempo, si el futbolista tiene que estar en el primer equipo, tiene que tener una cláusula superior a seis millones, lo contrario sería como poner una perla en el escaparate del mercado futbolístico —la primera división española— y gritarle al mundo a ver quién quiere llevársela a buen precio.

La versión del futbolista es diferente; si el club quiere blindarle con una cláusula prohibitiva o inalcanzable, o cuanto menos similar a la de jugadores del primer equipo, tendrá que ofrecer al futbolista un contrato acorde a la cláusula. He ahí el desacuerdo económico, o desacuerdo de planteamiento con el futbolista.

Dicho esto, el jugador estará el lunes día once para entrenar a las ordenes de Vicente Mir hasta el día 16, que es cuando se concentrará en la ciudad deportiva de Las Rozas con la selección Sub´20 que entrena Julen Lopetegui. El martes 19 Isco y el resto de internacionales estarán ya en Manizales, la localidad colombiana donde estarán concentrados durante el mundial, y el 24 jugarán el primer partido amistoso de preparación para el Mundial en Lima. Ya el 31 de julio jugará España el primer partido ante Costa Rica, el tres de agosto el segundo choque del mundial ante Ecuador y el tercero de este grupo C el seis de agosto ante Australia. Triunfe o no triunfe en Colombia, lo cierto es que la situación de Isco con el Valencia no parece tener solución. O mejor dicho, no tiene futuro. En cualquier caso, todo puede reducirse en dos ideas. La primera es si verdaderamente el Valencia ha apostado por Isco para el primer equipo, o si ha tomado las decisiones mejores para que ello suceda. Y la segunda es hasta que punto Isco apuesta por jugar en el Valencia. El problema es, ¿qué fue primero, el huevo o la gallina?