Poco antes de disputar la gran final, Mata reconocía a este periódico que llegó a llorar con sólo imaginarse campeón. Y esa misma emoción —con o sin lágrimas— debe de estar embargando al valencianista desde hace días, pues la gran gesta que hizo de dicha idea una realidad cumple hoy un año. La convocatoria, los compañeros, los entrenamientos, las vivencias, los partidos, las sensaciones… Sin duda, la andadura mundialista fue algo más que un campeonato para Juan Mata.

Así lo vaticinaba el delantero a SUPER poco después de aterrizar en Sudáfrica: «Un mundial es especial por todo lo que significa». Antes de este acontecimiento, en su historial de incursiones internacionales ya constaban el Campeonato Europeo Sub´19 y la Copa Confederaciones. En el primero de ellos, celebrado en Polonia en 2006, los españoles se proclamaron campeones y, además, él fue nombrado mejor jugador. En el segundo, edición de 2009 organizada —quizá premonitoriamente—en Sudáfrica, el conjunto español quedó en tercera posición, por delante del anfitrión. Unos buenos precedentes, sí, pero nada que ver con la máxima competición del fútbol a nivel internacional.

De esta manera, el Mundial 2010 fue la consagración de Mata como uno de los grandes jugadores a nivel nacional. El seleccionador español, Vicente Del Bosque, ya había depositado su confianza en él previamente. De hecho, el asturiano debutó con La Roja de su mano. Concretamente, fue en uno de los partidos clasificatorios para la Copa del Mundo cuando Mata sudó la camiseta de la selección por primera vez. Era un 28 de marzo de 2009 y entró en el campo en el minuto 63 en sustitución de Villa. El rival, Turquía; el escenario, el Santiago Bernabéu; y el resultado, una victoria.

Debut mundialista

Y en esta línea siguieron los de Del Bosque a lo largo de todo el torneo, sumando un triunfo tras de otro. Mata sólo contribuyó desde el campo a uno de ellos, el del encuentro que fue su estreno en el Mundial. Se trató del segundo partido de la fase de grupos, el cual disputaron frente a Honduras. En esta ocasión, el delantero entró en el terreno de juego en el lugar de Fernando Torres cuando restaban 21 minutos para el final del encuentro. De nuevo, un marcador a favor de los españoles con dos goles a cero.

Pero a pesar de su papel secundario, Mata no flojeó en moral. Ni mucho menos. El delantero fue uno de los noveles de la ocasión, junto a Javi Martínez y Sergio Busquets, todos ellos en representación de la generación del 88. Así, el asturiano vivió el Mundial con la mayor ilusión posible, consciente de la oportunidad que éste representaba y tomando nota de cada detalle como un buen principiante. «Sólo con estar aquí un jugador se debe sentir afortunado. Nadie se debe conformar con estar en el banquillo, pero la gente que juega se ha ganado un respeto mayúsculo. Entrenar con ellos es una gozada y aquí estoy aprendiendo muchísimo», reflexionaba el delantero a este periódico un día antes del día de la verdad.

La final

A nadie podía engañar. Como todos, Mata albergaba esperanzas de poder aportar su granito de arena en el campo frente a la también finalista Holanda. Si no parte del once inicial –algo que ya se contaba como improbable desde un principio–, sí como sustitución en algún momento del partido. En palabras del propio jugador: «Ojalá pudiera jugar unos minutos, pero el míster tiene el equipo definido y hay que estar preparado por si tengo que salir después. Si jugara sería la leche, pero lo más importante es ganar». Efectivamente, Del Bosque lo tenía todo pensado. Mata vivió la totalidad del encuentro desde el banquillo. Torres, Navas y Fábregas fueron quienes agotaron los cambios del partido. Y tras una agonía de 90 minutos más prórroga, la ecuánime emoción del triunfo para todos.

Cortina de humo

Al igual que ahora, Mata no dejaba de despertar pasiones durante el Mundial. En aquel momento, se rumoreaba que el Barça de Guardiola era quien más suspiraba por él. Así, la andadura en Sudáfrica del jugador también estuvo marcada por la posibilidad de un cambio de club a su regreso. Sin embargo, el asunto no quedó más que en una cortina de humo que no tardó en desvanecerse.

Reconocimientos extra

Además de mundialista, Juan Mata sumó otro título en Sudáfrica. Porque el valencianista también fue el ganador de la porra española. Organizado por Puyol —quien sigue la estela de Luis Enrique—, el asturiano quedó empatado con Piqué en esta suerte de juego en el que participó toda la expedición nacional. Ambos fueron proclamados como vencedores días antes de finalizar el Mundial. Otro reconocimiento digno de mención.