El ´10´ no pudo elegir un día más inoportuno para volver a vestir de blanquinegro. Porque después de las dos victorias esperanzadoras cosechadas ante PSV y Leicester, la aparición de Mata en el equipo coincidió con la primera derrota de la pretemporada. Y, además, dolorosa: el Rapid le metió cuatro a los de Emery, que sólo dieron la cara durante la primera media hora de juego. Justo el tiempo, todo hay que decirlo, que le duraron las pilas al internacional.

El rendimiento inicial del asturiano es una de las pocas conclusiones positivas que los valencianistas pueden sacar del tercer y último choque de la estadía. Ayer, después de mil rumores sobre su posible marcha y de su tardía incorporación a los entrenamientos, Juan confirmó que será uno de los pilares del proyecto a poco que mejore su tono físico. Si con cinco días escasos de trabajo en sus piernas se convirtió en un peligro para la defensa austriaca, en cuanto recupere completamente la forma debería echarse al equipo a sus espaldas en ataque.

Mata fue titular, y, como casi todos los miembros de la plantilla, disputó media parte ante el Rapid. Lo hizo alternando su ubicación original en la mediapunta y el interior izquierdo, ya que intercambió constantemente su posición con Pablo Piatti. El entendimiento con el ´Duende´, por cierto, fue máximo. Quedó de manifiesto desde el primer momento, con múltiples combinaciones, pero sobre todo en la brillante acción que ambos protagonizaron en el minuto 26. Después de un eslálom y de una pared anterior, el argentino asistió dentró del área a Juan, al que solo la lógica falta de frescura le impidió rematar a puerta antes de la aparición de un defensa.

Con otro xiconiu con el que compartió diabluras por la banda izquierda fue Jordi Alba. El catalán, ayer lateral titular, llegó a línea de fondo con asiduidad y participó en el juego de toque creativo y dinámico propuesto por el ´10´.

El internacional dejó su tarjeta de presentación, por si alguien no le conocía en Austria, con distintas acciones de mérito. Por ejemplo, un balón bombeado que casi deja a Albelda ante el meta del Rapid. O un disparo desde fuera del área, que se fue ligeramente por encima del larguero. Mención aparte merece la buena sintonía mostrada con Parejo, a quien bajó a ayudar en la creación en más de una oportunidad. El internacional aprovechó que conoce a la perfección las virtudes del de Coslada, con quien ya había coincidió en las categorías inferiores del Real Madrid y la sub ´21, para asociarse con él.

Mata, encargado de ejecutar la mayoría de las acciones a balón parado durante su presencia en el terreno de juego, apareció junto a los cuatro fichajes en el once de Unai Emery. El técnico vasco reunió por primera vez, en lo que va de pretemporada, a Diego Alves, Rami, Piatti y Parejo. Una apuesta por un Valencia más fresco, más novedoso, en la que el sistema, un 4-2-3-1, puso el toque tradicional.

Nada de 4-3-3

El clásico dibujo de los últimos años se repitió en la reanudación, en detrimento del esperado 4-3-3. Émery se vio obligado a sacrificar éste por culpa de las ausencias de Bruno y Tino Costa, que limitaron la posibilidad de elección: el canterano Portu tuvo que actuar de lateral derecho en los primeros 45 minutos.

El carril del ´2´ fue para Miguel después del descanso. A su lado, en la zaga, Pardo, Dealbert y Mathieu. Y por delante, un doble pivote eminentemente defensivo, el formado por Maduro y Topal, que dificultó la creación de juego y limitó las acciones ofensivas blanquinegras a jugadas aisladas. Ni Jonas, ni Juan Bernat tuvieron apenas participación; Soldado probó fortuna con un par de disparos antes de su expulsión y Pablo se echó al equipo a las espaldas en la recta final de la contienda.