Unos encapuchados intentaron asaltar una noche sus habitaciones en el hotel de concentración del Valencia en Klagenfurt. No se trataba de un secuestro ni nada por el estilo, sino de una de las novatadas a los canteranos de la expedición. Portu compartía habitación con Salva Ruiz, mientras que Juan Bernat tenía como compañero a Pardo y Adrián, a Dani Parejo. Eran cerca de las once de la noche en Austria y desde hacía un rato trataban de conciliar el sueño tras un día duro de trabajo con una doble sesión de entrenamiento, entre sueño y sueño, aparecieron por sorpresa unos encapuchados, eran algunos de sus compañeros del primer equipo, que con la cabeza cubierta con una camiseta entraban por sorpresa en sus habitaciones para romper su tranquilidad y tratar de asustar a los más pequeños de la expedición, con las almohadas en la mano.

Por «cuestiones de seguridad» ninguno de ellos ha querido desvelar la identidad de los asaltantes, que trazaron todo un plan de ataque para hacer la tradicional novatada a sus compañeros. Con premeditación y alevosía, algunos de los integrantes de la primera plantilla se habían tomado las molestias de pedir en la recepción del hotel una copia de la llave de las habitaciones de los canteranos, aludiendo que se la habían dejado olvidada dentro, para tratar de sorprender a los canteranos en pleno sueño. El único error en este plan fue que cuando llegaron a las habitaciones todavía no estaban dormidos y la sorpresa no fue tan grande, aunque sí es cierto que los protagonistas reconocen que, aunque esperaban alguna novatada, les sorprendió cuando asaltaron sus habitaciones. De hecho, a raiz de este incidente, rápidamente tomaron medidas de seguridad para que no se volviera a repetir la experiencia.

Ya no volvieron a tener visitantes en sus habitaciones, pero también tuvieron que pasar su particular bautismo en las frías aguas del río durante la actividad de rafting que programó Unai Emery tras el primer encuentro de pretemporada en Austria. En este caso no fueron sólo los canteranos los que sufrieron las bromas, fue algo más generalizado, de hecho no se libró ni el delegado del equipo, aunque por lo visto, de ellos, sólo Salva Ruiz se salvó del baño, iba en la barca buena, la que mojaba al resto, aunque muchos jugadores acabaron en el agua, como Portu, al que secuestraron y hundieron en el agua sin piedad. Confiesan que lo peor fue que el agua estaba muy fría, pero a pesar de todo fue una actividad, coinciden todos, muy divertida.

Fuera de los entrenamientos, Salva Ruiz, Portu, Adrián y Juan Bernat han pasados muchas horas juntos. Se reunían en una de las habitaciones para escuchar música en un canal de TV o con el ordenador para hablar con los amigos y contarles cada una de las anécdotas que vivían cada día en Klagenfurt, como cuando trataron de pedir en la recepción de hotel una baraja de cartas para poder jugar en los ratos libres. Les costó, el idioma era un pequeño handicap, no sabían cómo pedirlo y cuando consiguieron hacerse entender… no tenían cartas. Las gestiones las realizó Juan Bernat, conocido por sus compañeros como ´el personaje´, algo que él mismo no esconde, de hecho asegura que le llaman así porque «soy un personaje». Al final, ni cartas ni billar ni futbolín… una desilusión, tal vez la única de sus diez días de concentración, junto con la tarde libre por la ciudad. Los cuatro magníficos se marcharon de paseo en busca de un centro comercial que les habían recomendado, pero era domingo y todo estaba cerrado, así que tuvieron que conformarse con tomar un helado y dar un paseo en bicicleta por los alrededores del hotel. Precisamente ir en bicicleta a cada entrenamiento es algo que les ha gustado mucho de su experiencia con el primer equipo, por supuesto los piques estaban a la orden del día en cada recorrido, aunque siempre dentro de lo permitido. Se han portado bien.

Todo un gran sueño que se ha convertido estos días en realidad y que han tratado de aprovechar al máximo. Cada entrenamiento, partido o consejo de sus compañeros, todos destacan el gran trato recibido por todos ellos y lo mucho que les han ayudado, era lo más importante del día. Ahora toca seguir trabajando para seguir soñando y cumpliendo sueños.