Mañana puede ser la gran noche de Juan Bernat. Lleva toda la vida soñando debutar en Mestalla. En su casa. Allí, desde la grada, empezó a ver los primeros partidos de fútbol cuando su padre le regalaba entradas. Allí, desde el ´Gol Xicotet Alto´, devoraba paquetes y paquetes de pipas y kikos con el abono de la escuela que le dieron en infantiles. Allí, desde el «gallinero», como él dice, soñaba con ser algún día el protagonista. Ahora, después de su gran pretemporada a las órdenes de Emery, está más cerca de nunca de cambiar su butaca por el césped. De cambiar las chanclas por las botas de fútbol. Será la primera vez que sea futbolista y no aficionado, aunque no será la primera vez que pise o juegue en Mestalla. Y es que, Bernat ya sabe lo que es presentarse en Mestalla.

Lo hizo hace una década. Era el verano de 2001. El Valencia de la quinta Liga se presentaba en Mestalla con Rafa Benítez, Mista o Curro Torres, entre otros, como grandes novedades. La fiesta comenzaba horas antes. Un grupo de niños saltaba al césped para jugar unos partidillos de Fútbol-7 y entretener a la afición hasta la salida de sus ídolos. Uno de aquellos canteranos se llamaba Juan Bernat... «Será especial la presentación porque tengo el recuerdo de hace diez años. Fue la primera vez que pisé el césped. Tenía seis o siete años todavía. Era benjamín de primer año y me llevaron mis padres al campo. Fue muy bonito. Recuerdo que jugamos unos partidillos antes de que empezará la presentación en si. Fue un ratito, pero fue inolvidable», recordaba el canterano. Era la primera vez que pisaba el césped de Mestalla, aunque no sería la última. «Hace dos años ganamos la Liga en el Juvenil de División de Honor y saltamos al césped todo el equipo para que Mestalla nos hiciera un homenaje al principio del partido. También fue increíble por los aplausos de toda la gente y el cariño con el que nos recibieron».

Esas son las dos únicas veces en las que Juan Bernat pisó el césped de Mestalla. Ya no lo volvió a hacer jamás. Ni siquiera como recogepelotas. «También debe ser una experiencia bonita, pero a mí no me tocó. Aquel año en el que nos tocó a nosotros, fueron los chicos que estaban en la residencia», decía.

Nunca llegó a ser recogepelotas de Mestalla, un orgullo para muchos chavales de la escuela, pero lo que sí fue, es y será es un apasionado aficionado del Valencia. Lo empezó siendo muy chico cuando iba al estadio en compañía de su padre. «No teníamos pase en la familia. Las primeras veces que fui a Mestalla eran porque mi padre venía con entradas. Me las regalaba para ir juntos. Era una ilusión tremenda». Juan era solo un niño. El sueño de ser futbolista ni siquiera rondaba aún por su cabeza. Poco hubo que esperar. Juan crecía y crecía. En infantiles ya era una firme promesa. Aquello del fútbol iba en serio. Casi tanto como ir a Mestalla con el pase que le pertenecía como jugador de la cantera. «El infantiles empecé a utilizar el pase que nos daban por ser canteranos. Estaba en ´Gol Xicotet Alto´, en el gallinero que le digo yo. Allí se ve muy mal el fútbol, pero nos lo pasábamos bien comiendo kikos, pipas y de todo». Desde allí se emocionó y también se cabreó... «El mejor recuerdo que tengo de Mestalla es el 5-0 al Villarreal. Fue una alegría inmensa. Y el peor... creo que aquel 1-5 que nos metió el Real Madrid. ¡Quería que se acabara!». Lo que no quiere que se acabe es su sueño. Y es que, acaba de empezar.