Acaba de llegar y está viviendo un sueño. No es lo mismo pelear por el ascenso a la Liga BBVA que jugar la Champions, pero está preparado. En su primera entrevista a SUPER descubre sus aficiones y por qué comenzó a jugar a fútbol. Un chico humilde y que en la calle trata de pasar desapercibido.

¿Cómo le gusta vestir?

—Me gusta un poco más la ropa sport y desenfadada, suelo ir con pantalones vaqueros y una camisa o camiseta.

—¿Y quién elige su peinado?

—Junto a mi pareja Carolina, ella me aconseja mucho, aunque al peluquero voy lo menos posible, porque no me gusta, pero le digo que me haga el que me sienta mejor.

—¿Cómo fueron sus inicios en el fútbol, no le seducía otro deporte?

—Es cierto que siempre he estado con un balón desde chico y mi padre me ha inculcado su pasión por el fútbol, a él también le gusta. Empecé jugando en el colegio hasta que entré en las categorías inferiores del Sevilla.

—¿No sería del Betis?

—No, no (risas). Mi familia siempre ha sido sevillista, yo soy del Sevilla, siempre les sigo porque es un club que me ha dado mucho y me ha ayudado a crecer como persona y como futbolista en los nueve o diez años que he estado allí. Lo único que tengo son palabras de agradecimiento para ese equipo y para la afición también.

—¿Cuándo entró en el club?

—En alevines y estuve hasta el juvenil de División de Honor.

—¿A quién admiraba?

—Me he criado con jugadores como Sergio Ramos, Jesús Navas, Antonio Puerta… con ellos tenía más relación y son con los que más hablaba. Pero también tenía grandes jugadores en mente como David, lateral izquierdo, o Casquero, jugadores que han estado en un Sevilla para que cada día sea más grande y siempre eran amables tanto cuando nos cruzábamos con ellos o cuando les pedíamos una firma.

—¿Se acuerda de la primera camiseta que le regalaron?

—No me acuerdo muy bien, pero es cierto que Jesús Navas, al ser del mismo pueblo que mi familia —Los Palacios— me regaló su camiseta y es una persona maravillosa.

—¿Aún tienen relación?

—Sí, aunque con la distancia se pierde un poco, pero cuando vamos al pueblo coincido con él y con su hermano. Siempre intentamos vernos.

—¿Qué le gusta hacer en su tiempo libre?

—Me gusta estar en casa relajado, ver la televisión, ir al cine, pasar el tiempo con mi pareja, hacer compras…

—¿Ve programas del corazón?

—Sí, suelo ser un poco marujilla en ese sentido, los veo para entretenerme y pasar el tiempo.

—¿Le gusta escuchar música?

—Siendo andaluz me gusta el flamenco y el pop, pero la cantante que más me gusta es Niña Pastori, siempre la escucho para relajarme y motivarme antes de los partidos.

—¿La escucha en el autobús?

—Sí, en el hotel me pongo su música para intentar afrontar el partido lo mejor posible.

—Aquí estaba Joaquín, otro ´andaluz´ como usted aunque nació en Galicia, y aprovechaba cualquier momento para contar un chiste. ¿Le va a relevar usted?

—No soy tan extrovertido como Joaquín, es una persona que cada vez que te habla te hace sacar una sonrisa, y yo quizá soy más tímido en ese sentido, pero conforme voy cogiendo confianza me voy soltando. Joaquín es una persona super graciosa, es muy buena gente, lo conocí este verano en Ibiza por mediación de Juanito, que es íntimo de él, es bastante gracioso.

—¿No le preguntaría usted por su posterior fichaje por el Valencia y le dio a él la primicia?

—No, no (risas). Hablamos del Valladolid, sobre todo de que había que trabajar para devolver tanto al club como a la ciudad al lugar que le corresponde.

—Estuvo el sábado en el Nuevo José Zorrilla y les trajo suerte porque ganaron al Córdoba.

—Bueno, han empezado con dos victorias y espero que al final de curso consigan el ascenso.

—El día que llegó a Valencia se fue directo a la playa, donde almorzó con el presidente y Braulio Vázquez, pero veía el mar con una gran admiración, ¿le gusta?

—Me encanta la playa, es una de las cosas que me hace sentir bien, cada vez que la veo me da alegría para seguir adelante si ese día he tenido un día doblado.

—Pero en sus tres temporadas en Valladolid lo tendría complicado…

—Es cierto que allí no hay, pero en A Coruña estuve tres años e iba al mar. Todas las semanas intentaba pasar un tiempo por el mar para relajarme, en Valladolid lo echaba de menos, porque cuando estás mucho tiempo en la playa después la necesitas.

—Habla del mar y de la música de Niña Pastori para relajarse, ¿se considera una persona metódica?

—No suelo ser porque tampoco me pongo muy nervioso antes de los partidos, pero sí que me gusta escuchar esa música. Cuando estamos concentrados pasamos mucho tiempo en las habitaciones y me gusta su música, pero eso no quiere decir que sea metódico en ese sentido, simplemente me hace sentirme bien.

—¿No se ha subido nunca a un karaoke?

—No, no. (risas) Soy un chaval tímido que intenta pasar desapercibido y no intento llamar la atención.

—¿Se ha despertado del sueño que para usted era fichar por el VCF?

—Es cierto que todavía estoy llegando porque todo pasó muy rápido, fue todo en unas horas y la verdad es que es un sueño e intentaré estar muchos años en él con los pies en el suelo, para así seguir creciendo como futbolista y como persona para darle alegrías al valencianismo.

—¿Se considera un buen alumno?

—No tuve la oportunidad de seguir estudiando cuando me marché a Liverpool por la cuestión del idioma, pero me gusta aprender y estar enterado de todo. Si algo no conozco me gusta que me lo digan para seguir culturizándome. Pero ahora mismo estoy centrado más en el fútbol, que es mi vida y es mi pasión.

—¿Tiene planes de futuro en el tema de los estudios?

—Me gustaría aprovechar más el tiempo para seguir aprendiendo, nunca es malo la cultura. Siempre me gustó hacer algo relacionado con el fútbol y estudiaría algo vinculado a la educación física, todo que sea con el deporte. Ya tengo también los títulos de Nivel 1 y el Nivel 2 de entrenador, sólo me falta el último.

—¿Cuál ha sido la motivación para tenerlos porque aún es joven?

—Porque mi pasión es el fútbol y me quiero dedicar a él también dentro de muchos años. Me los he sacado para tenerlos ahí, para que en un futuro sea una de las opciones que pueda tener para aprovechar esa oportunidad. Los que vivimos de este mundo siempre queremos estar relacionados a él.

—¿Es de los que ve partidos suyos para mejorar?

—Sí, es cierto que me gusta verme.

—¿No le gusta desconectar?

—Bueno, cierto es que un futbolista necesita desconectar porque si no lo haces nos agobiaríamos mucho, pero sí que paso tiempo para intentar corregir y mejorar. De hecho, tengo 24 años y aún no he llegado al tope, me queda mucho recorrido y sí es verdad que hablo de futuro porque el mundo del fútbol me va a gustar siempre, pero vivo el día a día y hay que seguir mejorando.

—A la hora de crecer, ¿prefiere fijarse en los futbolistas que actúan en su misma posición o en los rivales a los que va a tener enfrente?

—Prefiero fijarme en los de mi posición, hay grandes laterales como Dani Alves o Maicon, que son más de mis características y te fijas en ellos para ver de ellos lo que te falta aquí y corregirlo.

—¿De dónde le viene la humildad?

—De mi familia, siempre ha sido una familia humilde y trabajadora, que ha peleado por sacarnos adelante tanto a mi hermana como a mí, y es una de las cosas que me han inculcado siempre. Sinceramente lo soy e intento ser lo más humilde posible. Mi padre es traumatólogo con la especialidad de medicina deportiva, y mi madre auxiliar de odontología.

—Cuando sufrió la triada sería uno de sus principales apoyos.

—Sí, fue una apoyo bastante importante. Estaba tranquilo al ser mi padre de la rama que es, pero sí que te queda una pequeña duda de si puede salir bien o mal la operación. Está claro que han habido jugadores que se tuvieron que retirar tras esa lesión, pero también otros que siguen perfectamente jugando. Me operé con el doctor Cugat en Barcelona y se ha portado fenomenal, me ha tratado estupendamente y gracias a Dios me dejó fenomenal y sigo aquí.

—¿Tiene alguna manía?

—Suelo empezar a vestirme por la pierna derecha y después la izquierda, y cuando salgo al campo suelo pisar dos veces con la derecha y santiguarme después.

—¿Es una persona religiosa?

—Sí, no voy mucho a la iglesia porque con tanto viaje no tengo tanta oportunidad pero sí que soy religioso y creo en Dios. Las cosas pasan porque él las desea y porque es lo que quiere.

—¿Pertenece a alguna cofradía?

—Soy de la cofradía de la Esperanza de Triana, es una de las más antiguas y de las más importantes de la Semana Santa de Sevilla, soy hermano desde varios años y siempre le pido para que cada día esté bien y no me ocurra nada.

—¿Quién manda en casa, usted o su pareja Carolina?

—(Risas) Intentamos convivir lo mejor posible para seguir conociéndonos, pero cada uno tiene su espacio.

—¿Le gustan los animales?

—Sí, mucho, tengo un perrito que ahora está en Sevilla, un bulldog francés, y si puedo vendrá pronto. Me encantan los perros y cuando tienes un día triste, sólo de verlo todo cambia.

—¿Guarda recuerdos?

—Soy de quedarme con los recuerdos positivos y olvidar los malos, esa mentalidad es la que me ha enseñado mi familia. Intento disfrutar lo positivo y pensar lo menos posible en lo malo.

—¿Coleccionaba cromos?

—Sí, como cualquier niño, siempre intenté intercambiar para rellenar todo el álbum.

—Y ahora cuando se ve entre ellos…

—Es una alegría ver mi cromo y que mis amigos me vean plasmado en un cromo.