Se sacó de su bota un pase magistral que Roberto Soldado aprovechó como si fuera un dulce, esa es la mejor versión de Éver Banega. En la plantilla no hay otro futbolista como él; tiene muchísima calidad, le da mucho sentido al juego, a su ritmo y en la plantilla es difícil ver pases al espacio libre si no salen de sus botas. Unai ha conversado varias veces con él en lo que va de curso, consciente de que se trata de un futbolista que ha de marcar diferencias, y frente al Athletic se vio la versión más buena del argentino. El siguiente paso que quiere el club que dé reside en que se mantenga en esa línea y ofrezca su mejor cara jornada tras jornada, sin la intermitencia que otras temporadas han significado borrones en su currículum. Banega tiene predisposición, le ha dejado claro al míster que en el curso actual está dispuesto a asumir responsabilidades —en Sevilla lanzó el penalti aunque no es un especialista— y ahora sólo falta esa continuidad.

Éver aún tiene margen de crecimiento y ese es uno de los puntos en los que le han insistido, igual como confían en que su mejor versión la ponga en escena de principio a fin. No es fácil estar los 90 minutos a un mismo nivel, más cuando por tus pies han de pasar la mayoría de posesiones, pero a veces los técnicos tienen la sensación de que puede ser más constante. Ante el Athletic comenzó bien, pero después se ha comprobado repasando el partido que hubo excesivas pérdidas de balón (no exclusivamente del medio argentino, aunque a veces su colocación y la presión del club rojiblanco también obligaban a los defensas a jugar en largo), aunque eso, en lugar de suponer que se «escondiera», tuvo el efecto contrario. Otra virtud que ha añadido a sus últimos encuentros es el disparo de larga distancia, ya que cuando vino de Argentina no contemplaba esa opción en el juego, pero la pasada temporada se anotó tres goles y ahora, cuando el rival se aproxima al área sin salir a su paso saca su fusil si no encuentra la alternativa en el pase.

Sus inicios son buenos

Unai siempre ha confiado en Banega, que desde que regresó del Atlético de Madrid se ha caracterizado por firmar unos inicios de curso muy buenos si no tiene ninguna lesión, como ocurrió en el último ejercicio con el tobillo. Y lo que se busca es que tenga regularidad, al ser un futbolista difícil de sustituir en la plantilla. Éver está ahora centrado en el Valencia y no quiere valorar su futuro, más allá de que el pasado verano se incorporó a Dani Parejo por si el club traspasaba al argentino. Éver, con contrato en vigor hasta junio de 2013, sólo está pendiente de rendir al máximo con su club, ya que el éxito del colectivo también será el individual y de ahí que desde el primer día (con la excepción del día que llegó unos minutos tarde tras regresar de Venezuela de jugar con la Albiceleste) está con ganas de ser una pieza básica en los esquemas de Emery.