La presencia del catalán en el encuentro de Vallecas está en el aire por culpa de los problemas físicos en los aductores que arrastra desde el partido ante el Genk, en el que tuvo que ser sustituido al descanso. Hasta esta mañana, cuando Víctor Ruiz acuda a tratarse a Paterna y los médicos valoren su evolución, no se sabrá si puede entrenar por la tarde y enfrentarse a los franjirrojos o, por el contrario, si debe someterse a pruebas médicas para descartar males mayores. Ayer, como el resto de titulares, tuvo sesión de baño y masaje.