Una de las funciones vitales en un club de fútbol, que ha de caminar paralelamente al exhaustivo control económico al que muchos clubes no le han prestado atención hasta ahora que lo exige la UEFA, recae en la Dirección Deportiva en el momento de realizar los fichajes. Nadie tiene una varita mágica para acertar en todas sus contrataciones, en un intercambio de futbolistas hay presiones de mucha gente (intermediarios, presidentes, patrocinadores?) y cuando tampoco dispones de un cheque en blanco para fichar futbolistas a golpe de talonario, equivocarse lo menos posible se convierte en algo vital. ¿Cómo ficha el Valencia? Braulio Vázquez encabeza y dirige a un grupo de cinco personas, con una filosofía muy clara.

Hay que intentar fichar a futbolistas por los que se deba abonar una transferencia mínima si no es posible traerles con la carta de libertad. Y para ello hay que tener bien controlados a los jugadores ´etiquetados´ interesantes, en un plazo mínimo de dos años a que expire su contrato. Al margen de su situación contractual, la idea que se maneja es fichar a futbolistas jóvenes que aterricen en el Valencia con la consigna de crecer, sin dar cobijo a aquellos que ya estén en un tramo final de su carrera que puedan encontrar en el club una retirada dorada. ¿Por qué? Uno de los mensajes que tiene subrarrayada la Dirección Deportiva hace referencia a la ´autofinanciación´. La filosofía del club es tener la opción de vender a un futbolista que has fichado en un periodo de dos o tres años con la finalidad de lograr una plusvalía. Igual como se contempla la introducción de jugadores de la cantera en el primer equipo con los que se rentabilice la inversión de la escuela.

Con la incorporación de nuevos jugadores, al margen del tema exclusivamente deportivo está el económico, ya que otra de las directrices marcadas por el presidente Manuel Llorente es la de intentar rebajar el coste de la plantilla con salarios que sean más acordes a la actual coyuntura económica. En el VCF no se toleran salarios muy altos (como era el de Mata en el nuevo contrato que entró en vigor el 1 de agosto), igual como se evita que exista una gran desproporción entre los emolumentos que perciben unos jugadores con otros, ya que eso puede ir en su contra posteriormente. Cada una de estas directrices marca el trabajo de una secretaría técnica que intenta minimizar el riesgo en las operaciones para rentabilizar la inversión, vendiendo activos pero siempre con el fin de mantener la competitividad.

Paso a paso, hasta el objetivo

¿Cómo se llega a esos jugadores? En el día a día se maneja mucha documentación, incluyendo recortes de prensa sobre futbolistas que destacan. De ahí se pasa al visionado individual de los jugadores de forma individual a través del programa ´Scout 7´, paso previo al visionado en directo. Cada uno de los miembros de la secretaría técnica va realizando sus informes, y cuando son favorables se da el paso siguiente, que consiste en seguirle en los entrenamientos, en su vida social y ver la relación que tiene con los compañeros y el cuerpo técnico. Inicialmente se va de incógnito, con la intención de ajustar el informe a la realidad en todo lo que sea posible, tratando de llegar al jugador a través de las personas más cercanas a él, evitando así la presencia de representantes que muchas veces sólo piensan en encarecer la operación. Al futbolista deseado lo ven todos los miembros de la secretaría técnica y con el OK de todos se hace el informe en el que se «recomienda la contratación». Ahí el tema se deja en manos de Manuel Llorente.