Al no viajar a Barcelona, Banega tenía que ir a tratarse a la Ciudad Deportiva para continuar con su proceso de recuperación de la rodilla derecha. Allí salió al césped junto al recuperador Jordi Sorlí y a la conclusión, de camino a su domicilio, paró en la gasolinera Repsol que hay en el centro de ocio Kinépolis para llenar el depósito de su vehículo, un Audi R8 color blanco. Eran las 13:45 horas aproximadamente, cuando decía adiós a la temporada. Puede parecer increíble, pero la realidad es que en un tranquilo día de recuperación, el argentino se rompió la tibia y el peroné, por lo que estará como mínimo seis meses en el dique seco. ¡Increíble! Hoy a mediodía será operado por el doctor Enrique Gastaldi en el hospital 9 de Octubre.

La historia puede parecer propia de un guión de película de ciencia ficción, pero es así: Detuvo su Audi R8 automático en el surtidor 4 y se bajó sin haberlo inmovilizado. Según las fuentes consultadas por SUPER, Éver es un cliente habitual y «autorizaron» la operación desde la caja sin que pagara con anterioridad, proceso habitual en los surtidores de autoservicio. Nadie se imaginaba lo que iba a suceder tras unos minutos, ya que después de repostar se dirigió a la caja y en esos segundos se dio cuenta de que el coche se movía hacia adelante por la ligera pendiente que hay en la gasolinera. Al darse cuenta regresó rápidamente para intentar frenarlo, realizando el gesto instintivo de intentar detener el vehículo con el pie izquierdo… y llegó la tragedia.

No había cogido mucha velocidad y pensó que podría frenarlo; sin embargo, su pie fue atropellado por la rueda del vehículo y golpeado con el bordillo del surtidor, «quedando enganchado», produciéndose la fractura de tibia y peroné. Ante lo sucedido y los gritos de dolor de Éver, uno de los empleados salió a auxiliarle con celeridad y se llamó al teléfono de urgencias 112 reclamando una ambulancia. Éver quedó tendido en el suelo totalmente hundido, sufriendo un gran dolor. En torno a las 14:45 ingresó en el Hospital. Un amigo se llevó después el Audi R8 para aparcarlo cerca del hospital, donde descansó anoche el ´21´ del Valencia.

Rápidamente Luis Silvestre, doctor que estaba en la Ciudad Deportiva, acudió al hospital y minutos después Jordi Candel, que examinó junto a Enrique Gastaldi la zona muy inflamada. Se le realizaron radiografías y un TAC. «Tiene la zona hinchada como un botijo», decían los galenos, de ahí que decidieran esperar a hoy al mediodía para realizar la intervención que consistirá en «poner un clavo a través de la tibia con unos tornillos transversales». «La fractura de tibia y peroné es al nivel del tercio distal de la pierna izquierda, una fractura conminuta, de gran gravedad, con fragmentos pequeños sueltos. En la zona hay una gran inflamación y se va a reducir el edema del traumatismo inicial con antiinflamatorios potentes». Si la operación y la recuperación —estimada en un par de horas— van bien se estima que en seis meses podría volver a jugar, por lo que se pierde lo que resta de temporada.

A media tarde, Banega quedó ingresado en la habitación número 234, muy tocado anímicamente. Ni el consuelo de varios amigos (Manfredi o el doctor Antonio Giner) que acudieron a verle ni los de su pareja, que había regresado de Argentina hace unos días, lograron arrancarle una sonrisa. Sus compañeros le enviaron mensajes de ánimo y el propio Manuel Llorente pudo hablar con él a última hora de la tarde, comprobando su gran tristeza. «Banega está fastidiado porque ya tenía molestias en la rodilla, nunca viene bien un accidente de este calibre», apuntó el doctor Jordi Candel antes de abandonar el hospital. Y los responsable de la AFA, al ser informados del accidente, quitaron a Éver de la lista de convocados para el amistoso contra Suiza del próximo día 29 de febrero.

Al ´10´ se le vino el mundo encima, fue atropellado por su propio vehículo al no frenarlo —el cambio es automático— y se fracturó la tibia y el peroné, despidiéndose hasta el próximo curso. ¡Increíble!