Soñador práctico, Braulio no se aleja de sus límites. El coordinador de la secretaría técnica conoce bien las fronteras del Valencia. Sin embargo, cuando concede alguna licencia a la fantasía, el futbolista que le produce más entusiasmo es Bruno Soriano. Con el mediocentro del Villarreal no puede reprimir su ambición. Es la ficha que le falta, la pieza que encaja. Personalidad, madurez, plenitud futbolística, identidad valenciana… Un jugador de equipo con valores de equipo. Un centrocampista defensivo del siglo XXI «al que le gusta apretar para poder recuperar y que disfruta sacando el balón jugado», como se ha autodefinido el propio Bruno.

Braulio considera que sobran los dedos de una mano para contar los valores que interpretan mejor ese papel de corte y confección en el fútbol español. En otros tiempos, el deseo hubiese terminado en rigurosa frustración. No hace tanto que el Villarreal se permitía el lujo de arrebatarle objetivos al Valencia, ahora otros clubes pretenden a sus estrellas y los amarillos no son capaces de retenerlas. La economía manda y con una buena oferta en la mesa, venden. El ejemplo es el traspaso de Santi Cazorla al Málaga. La libertad de Bruno está cifrada en 20 millones de euros y tiene contrato hasta 2016. La ilusión produce una excitación que la cruda realidad del fútbol desaconseja. Si Braulio pudiese gastar un buen dinero para reforzar esa posición el desembolso se haría en el de Artana, pero esa voluntad de realización choca con un importante inconveniente: la firme intención de Manuel Llorente de no fichar a ningún jugador del Villarreal mientras Fernando Roig sea presidente.

Un seguro con el balón

Tibio en la presión y frío en el despliegue, el Valencia mostró ante el Barça todas las carencias que le hacen vulnerable. En noches como las del domingo es cuando más se echa de menos futbolistas con presencia y determinación. A punto de cumplir 28 años, Bruno ha demostrado que sabe lo que es el fútbol: Más de 140 partidos en primera división, internacional con Vicente del Bosque y experiencia en competiciones europeas. «Bruno es una mezcla de medio de recorrido, de marca, con visión enorme y zurdo». Así resolvió la radiografía Manuel Pellegrini. El actual entrenador del Málaga fue uno de sus principales valedores y le hizo debutar con el primer equipo del Villarreal.

Antes era un volante de creación. Fue en el B amarillo cuando comenzó a jugar por delante de la defensa. Luis García le puso ahí y fue un acierto porque es donde Bruno más cómodo se siente. Lo han utilizado como lateral izquierdo y ha rendido de forma sobresaliente cuando ha jugado como defensa central al estilo Sergio Busquets. Es excelente en la contención y pocas veces pierde el balón. El propio jugador siempre ha reconocido que le gusta más robar y pasar que hacer un regate o marcar un gol. Sus números así lo indican. Es el tercer mediocentro de la Liga BBVA con más recuperaciones, tras Javi Fuego y Toulalan, y es el jugador más seguro en el pase, tras Xavi, Xabi Alonso y Dani Alves, y por delante de Busquets, Borja Valero, Verdú e incluso de Messi. Palabras mayores. Sólo Papa Diop, al que también está siguiendo el Valencia, tiene mejor media de balones robados por partido. Es evidente que le falta gol, pero Bruno es capaz de llevarse todos los balones, no los pierde y además ha demostrado que se basta solo para desautorizar los ataques del rival. Los motivos del sueño de Braulio son evidentes.