El jueves finalizó el plazo para que el Getafe ejecutara la opción de compra de 2,2 millones de euros que se estipuló en el contrato de cesión de Miguel Ángel Moyà. La entidad azulona no está dispuesta a pagar esta cantidad y se intentará aprovechar de la necesidad del Valencia de deshacerse del jugador. Braulio, por su parte, juega con la baza de que sabe que el mallorquín es el objetivo número uno —lo jugó todo— y que tarde o temprano volverán a por él.