«Es mi último año y me haría mucha ilusión luchar por la Copa del Rey. El año pasado nos eliminaron muy pronto y ahora estamos a un paso de las semifinales. El Málaga es un equipo complicado, pero jugamos muy bien en la ida y ahora vamos con ventaja a Málaga. Una final contra el Barça no estaría mal». Es la ilusión de Robert Ibáñez, una de la sensaciones de la escuela del Valencia que esta temporada ha explotado en el Mestalla con solo 19 años y que ahora está ayudando al Juvenil a proclamarse campeón de la Copa. Empezó con cinco años asombrando a su padre en la plaza Sant Bult, dio el salto al Valencia con solo seis añitos y su espectacular proyección le ha llevado a estar en los planes para la pretemporada del primer equipo. Acaba contrato en junio de 2014 y, tras la renovación de Carles Gil, él podría ser el siguiente en ser blindado. Eso sí, con una Copa bajo el brazo.

Ese es su sueño ahora mismo. El pasado domingo fue el autor de la asistencia a Gayà que significó el gol de la victoria (1-0) en la ida. «Me fui de uno, me puse a conducir y se la puse a Gayà y pudimos marcar». Robert sueña con la Copa, pero sobre todo, con el primer equipo. La hace desde que nació. «Mi padre me motivo para que fuera jugador, me veía en la plaza de Sant Bult jugando con cinco años y siempre pensó que podía ser futbolista. Empecé en el Valencia con seis años, me llevó mi padre a hacer las pruebas en el Prebenjamín. En aquel equipo ya estaban Adrián Lluna y Moros. Luego subí al Benjamín A y así hasta el filial. Llevo toda la vida en el Valencia. No he jugado en otro equipo.

Mendieta era mi ídolo de pequeño, ahora me gusta mucho como juega Pedrito y del Valencia Jordi Alba y Soldado». Este año ha sido el de su explosión. Seis asistencias y tres goles en los momentos más decisivos con el filial tienen la culpa. «Este está siendo mi mejor año, lo empecé con el COTIF donde fui elegido mejor jugador y luego el salto al Mestalla. Siendo Juvenil y estando ya en el filial en Segunda B es muy bonito, aunque el año pasado marqué doce goles y acabé muy contento». Robert se ganó la confianza de Sergio Ventosa en el tramo final, se convirtió en titular y ya no hay quien le pare. «Me definiría como rápido y con buen uno contra uno. Con desborde. Joaquín era uno de los jugadores en los que me fijaba, ahora Tello y Cuenca driblan». Quizás esa velocidad con la que llegue pronto al primer equipo. «Mi ilusión es jugar en el primer equipo del Valencia, esta es mi casa, toda mi familia es valencianista y jugar arriba sería lo máximo». Lo disfrutará la afición, pero de momento, quien lo debe sufrir es el Málaga. Ayer viajó a Málaga con el 1-0 de la ida y con el resto de compañeros a excepción del lesionado Dani Lucas, con molestias en el tobillo. Pellicer podría repetir el mismo bloque del Mini.