Ha regresado a Valencia y la primera noticia que va a recibir es que le van a quitar las muletas, que en las últimas semanas sólo ha llevado por prevención. Es duro sufrir en un año dos roturas del ligamento cruzado, pero sabe que pronto volverá a brillar como antes.

¿Por qué siempre tiene una sonrisa en su rostro?

—Bueno, es importante ser positivo siempre y llevarlo lo mejor posible, porque de no ser así estaría amargado en casa.

—Da la impresión de que nunca cambia, ni en lo bueno ni en lo malo. ¿Evita tener altibajos en su carácter?

—Sí, muchas veces en casa es cuando te tragas las cosas, pero en general, me lo suelo tomar casi todo bien.

—¿Ha llorado muchas veces en su vida?

—No, el día que me lesioné la rodilla por segunda vez sí, esa noche estuve bastante jodido, pero al día siguiente ya cambié el chip y a pensar en positivo.

—Todas las personas que tienen contacto con usted lo consideran muy animado; fisioterapeutas, familia… ¿Tampoco debe ser fácil a su edad?

—Como siempre he tenido la suerte de que me fueran las cosas bien, en todos los ámbitos en general, como el fútbol, con mi familia, los amigos… He tenido suerte, porque no me gusta decir que tengo mala suerte, ya que lo es pero hasta un cierto punto, por eso intento ser optimista siempre y gracias al optimismo me recuperé tan bien la otra vez, volví físicamente al cien por cien sin la necesidad de jugar partidos, y ese es mi objetivo ahora. No me pongo fechas ni partidos, sino el día que vuelva, estar al cien por cien con el equipo.

—En Madrid iba a estudiar una carrera…

—No era exactamente así, daba clases de inglés y empecé a estudiar Económicas, pero con clases particulares, porque llevaba un par de años parado y si entraba en la universidad me iban a dar un palo de la leche. Ahora estoy haciendo Económicas, también por mi cuenta para aprender, no sé si este curso que viene empezaré en la universidad.

—¿No piensa estudiar Medicina?

—No, no. (risas) Ya le hice la broma a la novia de Piatti, que estudia Medicina, le dije que se especializara en ligamentos cruzados porque conmigo se forraba (risas), porque vaya tela…

—¿Por qué es tan feliz en Valencia?

—No sé si será el clima o qué… Siempre he sido feliz, te pueden pasar cosas mejores o peores, pero cuando tienes una lesión sabes que al final te vas a recuperar, y aunque sea otra vez, es lo que hay. Hay que pensar, ¿por qué pasa? Y solucionar los problemas.

—¿Qué aprendió en su primer ejercicio como blanquinegro?

—Aprendí muchas cosas, por las dos lesiones graves que sufrí he aprendido a trabajar bien, a tener una mente muy fuerte y creo que en el campo muchísimo. Por mucho que estés en clubes grandes, uno aprende jugando y no es lo mismo que entrenar. También aprendí a tener cierta presión, el Valencia es un equipo que tiene mucha presión con los resultados y a jugar con ella, me adapté bastante bien aunque no hice la pretemporada y es lógico que tras los primeros partidos no estés metido de lleno, pero vas poco a poco cogiéndole el hilo. Después me lesioné y cuando volví sólo pensaba en estar los siete partidos de liga que quedaban al cien por cien y contaba también con los partidos de la gira porque para mí eran la gloria. Pero no pudo ser.

—Habla de la importancia que ha tenido para usted jugar, pero por desgracia sólo pudo participar en 16 encuentros. Dentro del campo, ¿en qué ha progresado más? ¿Considera que ha sido en su faceta defensiva?

—Sí, antes era menos trabajador y pensaba sólo en el ataque. En el Racing era todo diferente, en el Madrid diría que prácticamente no tuve tiempo ni de hacer ataque ni defensa y aquí sabía que tenía competencia y la defensa es parte importante para la posición en la que juego.

—Uno de los modelos del fútbol que se pone es el del Barça, pero es uno de los equipos en los que defienden todos y desde arriba.

—Está claro que para ganar un equipo grande necesitas que defiendan todos y para ganar a un equipo que no sean el Barça y el Madrid hay que dar todo el cien por cien. A nosotros se nos puede comparar con Barça o Madrid, pero creo que hay cierto nivel con ellos. Igual ellos en una media parte te ganan un partido y se reservan 45 minutos físicamente, pero nosotros tenemos que estar hasta el minuto 90 para conseguir el triunfo. Siempre lo he pensado así y es verdad, ellos con 45 minutos son capaces de ganar un partido.

—La temporada pasada el equipo acabó tercero y llegó a dos semifinales, en Copa y la Europa League; sin embargo, parece que no gustó del todo. Ahora empiezan de cero.

—Siempre se ha recalcado la temporada que hizo el Atlético y el Bilbao, pero llegamos a dos semifinales; la del Barça en Copa y contra el Atlético en Europa donde fallamos en el partido de ida. No va a ser fácil superar la temporada pasada.

—¿Le sorprende la presión de la gente de Mestalla?

—Me parece normal, la verdad es que desde fuera siempre se ve, es un club que aspira a todo, siempre tiene que estar arriba y cuando las cosas no van lo bien que gustaría se mete caña, pero al final, creo que los jugadores quieren ganar, no conozco a nadie que salga a un partido a que le dé igual el resultado. Te podrán salir mejor o peor las cosas, pero la línea del equipo fue buena.

—¿Qué deben mejorar para dar un pasito más?

—Ganar un título, para dar un pasito más falta eso. En liga, los dos primeros puestos es complicado aunque nunca hay que tirar la toalla, porque igual te subes a un tren de victorias como le pasó al Levante que acaba jugando competición europea; puede pasar cualquier cosa.

—¿En qué piensa un futbolista cuando viene un entrenador nuevo como es el caso de Pellegrino?

—Bueno, es diferente. Mi caso va a ser más complicado porque al empezar con el equipo bastante tarde será diferente y tendré que adaptarme y ganarme la confianza de él desde una lesión, que es más difícil, pero todos vienen con muchas ganas de demostrar que pueden ayudar al Valencia y con mucha ilusión.

—¿Le gusta la nueva camiseta?

—Sí, es diferente, lo de las rayas que simbolizan la sangre valencianista… Es algo diferente y que puede llamar la atención.

—Vaya Eurocopa hizo Jordi Alba.

—Era merecido, ya se le veían muchas cualidades y cuando yo jugaba en banda con él veía que me pasaba un rayo por el lateral y era una gozada. Nos daba una opción más en ataque y llegaba atrás en defensa. Es muy difícil superarle, lo puedes hacer una vez, pero te recupera la posición muy rápido. Jordi puede llegar donde él quiera, muy lejos, y como persona es un espectáculo. Me encanta que haga buenas cosas.

—¿Se ve algún día en una competición así?

—Es un sueño, siempre he estado en las categorías inferiores jugando y tu objetivo, igual como cuando estás en un filial, es llegar al primer equipo. Y es un sueño que está ahí, ahora mismo lejos, pero lucharé por ello. Es importante también para eso que el equipo juegue bien y le salgan las cosas.

—¿Ha leído mucho este verano?

— Juego de Tronos, el primer tomo y mucho sofá.

—¿Y ha tenido tiempo para pasarse por la playa?

—Cuando se me cerró la cicatriz para coger un poquito de color, pero lo más importante era una buena recuperación.