Es de los primeros en despertarse, sabe que ha de llegar pronto para realizar la mejor compra posible. Los futbolistas del Valencia consumen a diario comida fresca, lo que obliga al cocinero del club a realizar cada día 30 kilómetros yendo al mercado de Gütersloh.

Rietalo Bokokó se levanta antes que nadie para hacer por carretera los 13 kilómetros que separan el cuartel general en Marienfeld de la ciudad de Gütersloh con un objetivo: comprar alimentos frescos que después cocinan en el hotel. Su principal misión es que los futbolistas consuman los productos más frescos posibles, siempre con las directrices que le transmite el doctor Jordi Candel, como máximo responsable de la parcela médica.

Por norma general, Rietalo viaja uno o dos días antes que la expedición oficial para hablar con el jefe de cocina del hotel donde se va a hospedar el Valencia. Es una rutina que se lleva a cabo cada vez que el equipo se desplaza al extranjero, ya que en cada país hay distintas formas de cocinar y al final, la alimentación del futbolista se considera un elemento básico para maximizar el rendimiento. Habitualmente, al cocinero del club le dan todas las facilidades para que sea él quien tenga la última palabra a la hora de cocinar, y tampoco le ponen problemas en llevar él los productos. Con el primer paso hecho, toca el segundo. Ir al mercado adecuado, y a veces se encuentra con que el lugar más idóneo está a varios kilómetros del lugar de concentración, como ocurre en el actual stage de pretemporada. Puede convertirse en una incomodidad, pero él sabe que su misión es comprar los productos más frescos y acude al mercado a diario.

La dieta no es muy variada y con la llegada de Pellegrino no se han producido muchos cambios en la alimentación, sólo pequeños detalles. Rietalo supervisa cada una de las tiendas que hay en el mercado para elegir la mejor calidad tanto en carnes —pollo, pavo o ternera— y de pescados —emperador o lenguado—, así como las verduras y mucha fruta. Una de las diferencias que sí están viendo los jugadores es que ahora se toma mucho gazpacho, o bien alguna crema, antes del tradicional plato de pasta o arroz, combinado con un segundo a elegir entre carne o pescado.

En el cuartel general de Marienfeld se ha optado por el buffet, para que los futbolistas puedan elegir o ponerse una determinada cantidad siempre dentro de los límites.

La merienda es ahora opcional

Uno de los matices que sí ha variado respecto a la temporada anterior reside en las meriendas, pasando de ser obligatorias a opcionales. En los últimos meses de la etapa de Unai, la plantilla debía merendar en la Ciudad Deportiva antes de viajar, pero ahora Pellegrino deja esa comida a elección del futbolista. Y en el buffet disponen de leche, galletas, lácteos variados y sobre todo mucha fruta. No hay concesiones, pero los jugadores también son conscientes de la responsabilidad.