Dentro del serial de partidos habitual en cualquier pretemporada, el Valencia ha tenido el detalle de reservar para Mestalla los encuentros con mejor cartel. El Oporto fue el rival en el Trofeo Naranja solidario y el jueves se presentará ante el Tottenham. Otro enemigo de tronío y con un potencial importante. Un equipo que aterrizará con André Villas-Boas como llamativo reclamo en el banquillo y con un ramillete de futbolistas de categoría como Kyle Walker, Jan Vertonghen, Gylfi Sigurdsson y, sobre todo, Gareth Bale, el zurdo al que todos los grandes de Europa pretenden.

La visita de los Spurs tendrá su punto de morbo. Primero, por la presencia en el banquillo de Villas-Boas. El técnico portugués fue la primera opción para tomar el relevo de Unai Emery y así lo admitió Braulio allá por el mes de mayo, pero «no hubo acuerdo». El entrenador portugués tuvo un buen número de pretendientes tras su paso frustrado por el Chelsea. Al final se decidió por el Tottenham, un club con tradición cosmopolita y con buen gusto a la hora de armar sus equipos. En realidad, encaja a la perfección con Villas-Boas. Un técnico cuyo reto será colar a los londinense en el Top-4 de la Premier League. Ambición no le va a faltar. El luso tiene una cuenta pendiente con Inglaterra.

El segundo punto de interés es el futuro de Modric. El croata se ha declarado en rebeldía para fichar por el Madrid, pero los Spurs no bajan un euros de los 40 millones que piden. Eso sí, el ingreso les vendría genial para fichar un portero (Lloris), un mediocentro (Moutinho) y un delantero de alto nivel.