Domingo 26 de agosto. Valencia-Deportivo. Es el plazo límite que ha marcado Llorente y Pellegrino a los responsables del césped para que el estado de la hierba de Mestalla comience a ofrecer síntomas de mejora. El club trabaja a marchas forzada con un proceso de resembrado y apliques de bioestimulantes y calcio para bajar el PH del campo, estimular a la raiz de la planta y para que el césped de Mestalla vuelva a ser un tapete. Si vuelve a levantarse como en los partidos de pretemporada contra el Oporto y el Tottenham, el Valencia tendrá un problema y se verá en la obligación de empezar a plantearse medidas más drásticas como el cambio de los tepes. Sin embargo, los profesionales confían en que la raiz de la planta irá arraigando con el paso de los días y presentará un buen aspecto el próximo en el primer partido de Liga. La idea de los responsables del césped es que la hierba responda contra el Dépor y que esté totalmente apto para la práctica del fútbol sin riesgo de lesiones el próximo 16 de septiembre, en el Valencia-Celta, aprovechando las tres semanas de trabajo extra que permitirá el parón que la Liga hace por los compromisos internacionales.

El mal estado del césped ha levantado las críticas de los jugadores por alto riesgo de lesión que corren en los partidos. La pregunta es, ¿por qué se levanta el césped? Los responsables del césped descartan la plaga de hongos que, por ejemplo, ha sufrido el Real Mallorca. Hay que remontarse a noviembre de 2011 cuando el Valencia cambió el césped tras las lesiones de Canales, Banega y Gurpegui. Entonces se adquirieron uno tepes de césped más gruesos de lo normal de cuatro centímetros. La competición ya estaba en marcha y la única forma de que el césped no se levantara era poniendo un tepe más grueso de lo normal para que el peso impidiera que se levantará. La decisión a corto plazo fue un acierto. Se jugó esa semana contra el Madrid y los resultados fueron satisfactorios.

El siguiente objetivo era oxigenar ese tepe con un proceso de resiembra y conseguir que ese nuevo césped de la resiembra arraigara a la tierra de Mestalla. Y eso es lo que no ha pasado. La raiz de la planta no ha atravesado el tepe para llegar a la tierra en primavera y la estación de verano es tan propicia para estimular a la planta. ¿Y qué ha fallado para que no arraigue? La ausencia de lluvia no ha ayudado, tampoco las altas temperaturas de los últimos meses, ni siquiera la acumulación de partidos de la temporada pasada que impedía las labores de oxigenación y estimulación de la planta. Por si fuera poco, al margen de la competición, fue un verano de muchas actividades en Mestalla. Como fue el caso de la presentación de la televisión, la Valencia Cup o el ´Yo pisé Mestalla´. Por último, este verano se han jugado dos partidos de pretemporada a diferencia de otros veranos en los que el Trofeo Taronja y la presentación eran uno.

¿Y qué se está haciendo para arreglarlo? Los profesionales están trabajando con un tratamiento de bioestimulantes y calcio con el que esperan que tierra y césped arraiguen y se compacten. El club también confían en que las condiciones atmosféricas sean cada vez menos adversas. El aumento de precipitaciones y el descenso de las temperaturas, de cara al próximo 16 de septiembre ante el Celta, invitan al optimismo. Y es que no hay que olvidar que estamos hablando de una planta. Es un ser vivo, no responde siempre igual a los mismos estímulos, y como tal hay que cuidarla.