En la Grada Jove un partido de fútbol es mucho más. Sentimiento, entrega y pasión son las tres palabras que mejor definen lo que significa animar al Valencia desde la Curva Nord. Ni el calor asfixiante que hacía en el campo, ni la hora del partido, ni una decepcionante segunda parte del equipo pudieron callar las gargantas de los cerca de mil jóvenes que abarrotaron el pasado domingo el fondo sur del Estadio de Mestalla. El coliseo valencianista ya conocía el rugido de la Curva en los partidos amistosos, pero el primer partido de Liga en Mestalla fue la constatación de que con este grupo el Valencia Club de Fútbol nunca más caminará solo.

Los encuentros en la Grada Jove empiezan mucho antes del pitido del árbitro. Los socios de la Curva Nord Mario Alberto Kempes estaban citados cuatro horas antes del inicio del partido. El punto de encuentro fue el lugar donde habitualmente se juntaban la temporada pasada los miembros de la peña GolGran para afinar las gargantas. Desde las siete de la tarde la Curva Nord dio todo un espectáculo en la calle Amadeo de Saboya „paralela al fondo sur del Estadio de Mestalla„ ensayando los cánticos que más tarde debían servir de aliento a los futbolistas del Valencia dentro del terreno de juego. Como ocurre con muchas cosas en esta vida, cada uno tiene su manera de preparar los partidos. En la Curva tenemos la costumbre de entrar en calor tomando unas cuantas cervezas, no somos los únicos.

La tarde iba avanzando y las ganas de ver el estreno liguero de nuestro equipo en Mestalla iban creciendo minuto a minuto. En torno a las diez de la noche los miembros de la Curva empezaron a ocupar la grada. El acceso al estadio es uno de los puntos negativos de la nueva Grada Jove. Un solo acceso para 1.300 personas se queda bastante corto. Media hora antes del partido se formaron largas colas de aficionados en la puerta S3 „por donde acceden los socios de la Curva al estadio„. Esta aglomeración de gente se produjo en parte porque el personal de seguridad del estadio pedía el carnet de identidad a los abonados en el momento de entrar en el campo. Se trata de una medida de seguridad hasta ahora inédita en Mestalla y que cogió a muchos por sorpresa. Nadie se quedó fuera por este motivo pero los porteros advirtieron que para entrar en la Grada en próximas ocasiones será necesario este documento.

Dejando a un lado las pequeñas trabas para acceder al estadio, el partido en la Curva Nord empezó con un mensaje reivindicativo. «No al fútbol a las 23:00, no al fútbol los lunes», aunque la pancarta estrella de la noche fue sin duda la que se centraba en los valencianistas más pequeños. Ralph Wiggum „conocido personaje de Los Simpson„ acompañaba al lema «¿Es que nadie piensa en los niños...?», haciendo referencia también al horario del encuentro. A pesar de la hora, la Curva se entregó desde el principio al equipo y éste no tardó en devolver este cariño con buen juego y goles. La segunda mitad calmó un poco los ánimos de la gente, pero la Curva no dejó de animar en ningún momento. «¡A por ellos!¡Oé!» o «¡Este partido lo vamos a ganar!», eran los cánticos más repetidos en los últimos minutos. El empate final dejó un sabor agridulce entre los miembros de la Curva Nord Mario Alberto Kempes, pero esto no ha hecho más que empezar. No lo dudes, ¡Sé la Curva!