Ya lo dijo nada más llegar a Valencia: «no me vine acá con un puesto de titular asegurado pero tampoco vine para sentarme tranquilo en la banca de suplentes. No me voy a cruzar brazos, voy a entrenar mucho más para ganarme un puesto en el equipo». No eran solo palabras, Nelson Haedo Valdez se debatía tras el partido de Múnich entre la satisfacción por su primer gol con el Valencia y la decepción, que además era doble. Primero por la derrota y después porque estaba convencido de que saldría de inicio. Por ese orden. «Uno siempre piensa que puede jugar, estoy preparado y además yo siempre lo veo en positivo», explica. ¿Decepcionado? «No miento si digo que cuando el entrenador dice la alineación siempre estoy deseando escuchar mi nombre, pero eso no cambia mi actitud de intentar aportar al equipo lo mío en el lugar que me corresponda».

Un gol y el cambio que experimentó el equipo quizá ayuden a convencer a Mauricio Pellegrino de cara al partido de Mallorca. « Siempre trato de ganarme los minutos que tengo en cada partido, es verdad que el gol no sirvió de mucho porque perdimos, pero ya digo que pienso en positivo y a nivel personal a mí me da más confianza para trabajar cada día más fuerte y ganarme un lugar. Por ahí sí estoy contento, el resultado hay que olvidarlo y pensar en el próximo».

Valdez jugó muchos años en el Werder Bremen, conocía perfectamente el funcionamiento del Bayern y hasta tiene buena amistad con alguno de sus jugadores. Salía del vestuario del Allianz Arena acompañado por Claudio Pizarro. Está convencido de que, aunque era difícil, se pudo hacer algo más. «Al Bayern lo vi tal como lo conocía, un equipo que si cometes algún error te castiga duro, un equipo muy disciplinado que además tiene jugadores rapidísimos al contragolpe. En el marcador con el gol engañamos un poco, pero también se vio que cuando les apretamos un poco más arriba les hicimos daño». ¿Se puede pensar todavía en pelearle el liderato a los alemanes? Para el delantero paraguayo ellos eran los favoritos antes del partido y ahora todavía más. «Hay que ser realistas», reconoce. «El Bayern Múnich es el favorito para ganar este grupo, tienen tres puntos y nosotros ninguno. El primer objetivo ahora es ser mejores que los demás, clasificarnos y llegar en esta competición todo lo lejos que podamos. Después ya se verá».

Va como un tiro

Ayer volvió a salir a entrenarse con todo, puso la misma intensidad que en Múnich sacó al equipo de la cueva y fruto de ello incluso se llevó un par de golpes que por fortuna no tuvieron consecuencias. Su cabeza ya está en Mallorca.