Expulsado a falta de media hora para el final del partido con dos amarillas más que rigurosas, Sofiane Feghouli se marchó hacia el túnel de vestuarios con gestos de incredulidad hacia el colegiado. Primero fue Pedro Jesús Pérez Montero el que se ensañó con él en la redacción del acta, pero ayer el Comité de Competición de la Federación Española de Fútbol acabó de rematar la faena. La incredulidad de Feghouli fue la misma que invadió ayer el valencianismo tras conocer la exagerada sanción de tres partidos que le han impuesto a su futbolista, uno por la expulsión y otro porque, «tras ser expulsado, ha extendido sus brazos, aplaudiendo jocosamente la decisión adoptada», tal como figura en el acta.

Lo injusticia provocó que incluso los dos capitanes del Valencia CF mostraran su extrañeza e indignación. Nadie mejor que David Albelda supo retratar lo que está ocurriendo en nuestro fútbol: «A estas alturas ya no me extraña nada. Y lo peor de todo que ni puedes hablar ni quejarte porque lo tienen en cuenta. ¡Qué barbaridad!», escribía en su cuenta de Twitter. Soldado sno daba crédito a la noticia: «3 partidos para Feghouli??? Alucinante!!». El Comité se remite al artículo 117 del Código Disciplinario de la RFEF, donde se establece la suspensión de dos a tres partidos o por tiempo de hasta un mes por «dirigirse a los árbitros, directivos o autoridades deportivas en términos o con actitudes de menosprecio o de desconsideración siempre que la acción no constituya falta más grave».

El nuevo Comité

Feghouli es víctima primero de la diferente manera de aplicar los principios por parte de árbitros y Comités, y segundo de la política del nuevo Comité de Competición de la RFEF formado por Francisco Rubio, Lucas Osorio y Pablo Mayor. Por mandato de Ángel María Villar han rebajado la tolerancia y elevado la cuantía de las sanciones. Aún así, el jugador del Valencia no cometió ninguna acción violenta ni insultó en ningún momento al árbitro, pero se queda con tres partidos de sanción, cuando este mismo triunvirato castigó al madridista Coentrao con cuatro por una expulsión y por llamar «hijo de puta» al árbitro.

Si nos vamos a precedentes anteriores la diferente vara de medir es sonrojante. Por un aplauso parecido al de Feghouli, a Özil se metieron un único partido tras un Villarreal-Real Madrid en el que hubo muchísimos incidentes y muy graves en el túnel de vestuarios que el árbitro de aquel partido no reflejó en el acta. Sí escribió que Pepe se dirigió a él para decirle «vaya atraco, hijo de puta», lo que le valió una sanción de dos partidos. Incluso el Comité de Apelación, cuando lógicamente desestimó el recurso del Madrid, argumentó que la sanción a Pepe debió ser de al menos cuatro partidos. Quedaron finalmente sin sanción las agresiones entre Mourinho y Tito Vilanova, liquidadas con un escandaloso indulto ´electoral´ por parte de Villar, por no hablar de hechos como el de Mourinho esperando en el aparcamiento a un árbitro para cantarle las cuarenta , io el día en que Irturralde expulsó a Sergio Ramos en el Camp Nou pero ´olvidó´ anotar en el acta todas y cada una de las agresiones que el jugador realizó en la tángana que se produjo en la acción de su expulsión.

Recurso a Apelación

Si en la calle la gente no da crédito a esta exagerada decisión, analistas de todos los lugares de España se lo tomaban hasta en tono jocoso. En el club, en cambio, hay cierto sentimiento de que tanto el árbitro como el Comité se han pasado y están cargando contra el Valencia todo lo que no se atreven con otros. Los abogados van a redactar durante la mañana de hoy un recurso en el que llevan trabajando desde ayer, aunque las esperanzas de éxito son escasas en vista del escaso efecto que han tenido las alegaciones previas. De respetar el espíritu de la norma, argumento al que aludía Mauricio Pellegrino, ni hablamos. El acta y la resolución dejan escaso margen, aún así insistirán en que la primera cartulina es demasiado rigurosa porque no existe intención de parar el juegopara que al menos la sanción se quede en sólo dos partidos.