Decisión, arrojo, destreza. El debut de José Luis Gayà con la camiseta del Valencia fue un éxito. El joven carrilero de Pedreguer entró con acierto en el once de Pellegrino. El canterano aprovechó la oportunidad que le brindó la Copa y demostró que se puede contar con él. Siempre tranquilo, intentó hacer su trabajo sin complicarse, asegurando, cogiendo confianza desde el acierto. Después de perder el sábado con el Mestalla ante la Llagostera en la Ciudad Deportiva, Gayà se quitó la espinita clavada: Se encargó de restablecer el honor del filial y volvió a casa con una victoria.

La ilusión era el ingrediente que la Unió Esportiva Llagostera pretendía utilizar para lastimar al Valencia, pero en la noche de ayer pudo más la energía nueva de Gayà. Valenciano y valencianista, su ánimo y voluntad fueron un plus para los blanquinegros. Tras ver desde el banquillo de Mestalla los partidos ante Celta y Lille, está vez le tocó lucir el dorsal 36 como titular. Las dos primeras camisetas las tiene bien guardadas, pero la de su estreno está destinada para algún lugar especial. «La camiseta no la he intercambiado con nadie». Lo de ayer fue cumplir un sueño. En todos los sentidos. Sobre el terreno no se notó el salto. Fue uno más y casi todo lo que hizo tuvo sentido.

Partido jugado en una ratonera

La realidad superó a la ficción. El Municipal de Llagostera se dibujó como un futbolín. Un enemigo entregado, terreno de juego reducido, césped artificial y para colmo la lluvia. El campo fue una especie de trampa donde encontrar espacios o controlar los botes del balón se hizo realmente complicado. Trazar más de cuatro pases seguidos en estas condiciones no fue sencillo. Un contexto particular y chocante para la práctica totalidad de los jugadores de la primera plantilla, pero al que José Luis Gayà está acostumbrado: «Ellos han hecho un partidazo. Sabíamos que nos iba a costar y así ha sido». El carrilero del filial sabe lo que es pelear la victoria y disputar puntos en campos de Segunda División B. En Llagostera se dieron unas condiciones muy parecidas a las que se viven en Prat, Binissalem o el Narcís Sala de Sant Andreu. Gayà se resarció de la derrota que sufrió con el Mestalla ante la Llagostera. El filial sufrió un destrozo injusto que ayer quedó reparado por los goles de Jonas y Valdez.

«No era un partido fácil para debutar, pero he intentado jugar fácil y hacer lo que sé». Por lo que parece es mucho. Misión cumplida para el carrilero de Pedreguer. El joven jugador (17 años) también dejó patente su condición de dos por uno en la banda izquierda. Comenzó como lateral y en esa posición mostró su inteligencia, sobriedad y velocidad en la marca. No se complicó nunca. Esa fue su mejor virtud. Su participación fue providencial. En el minuto 39 estuvo rápido y atento para acudir al cruce en el área y cortar una acción de mano a mano entre de Pitu con Guaita. Gayà empezó contenido y fue de menos a más hasta demostrar su prestancia en ataque. En la segunda parte actuó como interior, formando banda izquierda con Aly. Una posición en la que ya ha demostrado „tanto en el Juvenil como el Mestalla „ su capacidad para romper desde segunda línea y hacer gol. Gayà gustó en su estreno y encajó bien en el primer equipo. Al final del partido coleccionó felicitaciones. ¿Lo mejor? «Me quedo con el apoyo que me han dado todos, el míster y los compañeros, que ha sido impresionante».