Roberto Soldado tardará en olvidar el nombre de Raúl Cabañero. Tal vez jamás pueda conseguirlo. El asistente murciano que en la ida de Copa en el Santiago Bernabéu le anuló dos claras ocasiones de gol por fuera de juego cuando encaraba a Casillas, el mismo, volvió a cruzarse este domingo en su camino, y en el de todo el valencianismo, rumbo a la Champions. Ni el colegiado principal, el internacional andaluz David Fernández Borbalán, ni tampoco el asistente, también portador de la escarapela internacional FIFA, sancionaron las clamarosas manos de Claudio Bravo fuera del área.

¿Cómo es posible que tres árbitros, que deben estar pendientes del juego y el balón, no vieran las manoplas del meta chileno en todo lo alto desviando el remate en vaselina a portería de Soldado? El ´9´ del Valencia intentó sobrepasar a Bravo por arriba. El guardameta había salido a destiempo, calculó mal su acción y repelió el esférico con las manos en el aire, pero lo hizo de forma antirreglamentaria. Dos metros fuera del área. Soldado no lo podía creer y se desgañitó protestando. Para nada. Al final de la primera parte las quejas de Éver Banega le costaron la cartulina amarilla.

La polémica jugada de las manos de Bravo hubiese dejado a la Real Sociedad con diez jugadores con una hora de juego por delante cuando el Valencia era el dueño del partido. A los 30 minutos el resultado era de 0-1, merced al gol que había anotado Soldado de cabeza seis minutos antes. En la segunda mitad, con empate a un gol, Aly Cissokho cometió penalti por manos dentro del área en el minuto 66. Fernández Borbalán no lo señaló. A los 72 minutos la Real se pondría por delante en el marcador con gol de Chory Castro en una contra letal. Los vascos fueron más certeros en la segunda mitad y el 4-2 final lo demuestra. Los jugadores del Valencia, el entrenador y el director deportivo prefirieron no escudarse en el grave error del colegiado, que privó al equipo de jugar con un hombre más y el viento del resultado a su favor durante la hora que quedaba de partido.

Sin embargo, era inevitable que los protagonistas denunciaron lo «determinante» del fallo de Fernández Borbalán y Raúl Cabañero. «Es una acción clave, a partir de ese momento perdimos parte de la concentración en la ´pelea´ con el árbitro. Todo cambió», confesó uno de los tres capitanes, Ricardo Costa. «Las cosas empezaron muy bien con el gol de Roberto, pero luego vino la expulsión que no fue, nos marcaron y ya no fue lo mismo. Tenemos la sensación de que pudimos hacer más», añadió el luso, quien no pasó por alto la evidencia de que «jugar con once y ellos con diez lo hubiera puesto más fácil». En una línea similar se mostró el valencianista que más cerca lo vivió, Soldado. «Esta claro que si pita las manos cambia mucho por como ha ido el partido, pero ni el árbitro ni el línea lo han visto», comentó.

Braulio Vázquez se mostró más crítico con la actuación arbitral en los micrófonos de Canal Plus. No vio a la Real por encima del Valencia. «Discrepo, la jugada de las manos marca todo el encuentro, quedaban 60 minutos de inferioridad numérica para la Real, la tarjeta roja a Bravo hubiese cambiado el devenir del partido», dijo el director deportivo, que admitió el penalti de Cissokho: «Sí lo es, pero la expulsión marcaba más el partido a la media hora. Y la cesión de Ricardo con el muslo es legal». Por último, Ernesto Valverde también coincidió en que se trató de una acción que «podía haber sido determinante? No podemos hacer nada».