­La palmadita de la portada del viernes de SUPER esconde una historia detrás. Canales y Piatti son más que una sociedad dentro del campo. También lo son en la vida. El cántabro y el argentino comparten una bonita amistad desde que se conocieron en el vestuario del Valencia hace tres años. Juntos se han dado fuerza en los momentos más difíciles del pasado. Quizás por eso ahora disfruten más que nunca del presente. Pablo dio fuerza a Sergio para que superara sus graves lesiones de rodilla y vuelva a ser el jugador desequilibrante que demostró ser en Suiza. Sergio, por su parte, también ha sido fundamental para que Pablo haya reconducido la delicada situación laboral que le tocó sufrir el pasado verano y se haya convertido en titular de Djukic. Lo han hecho juntos. De la mano. Como la remontada del jueves al St. Gallen.

Si alguien ha dado la cara por Piatti cuando el argentino se quedó fuera de las listas de convocados de Djukic y de la gira por Estados Unidos, ese es Canales. Sergio siempre ha estado al lado de su amigo. En las buenas, como ahora, y sobre todo en las malas. Como hace pocos meses. El club apartó a Piatti en un intento desesperado por forzar su traspaso y hace caja para firmar al delantero centro. Piatti no aceptó cualquier traspaso y, en contra de viento y marea, confió en sus posibilidades para hacerse un hueco que ha llegado. Esa confianza en si mismo empieza a dar sus frutos. Ni siquiera le pesa la huella del dorsal ´2´ que deberá lucir toda la temporada. Pablo dejó una gran impresión en el triunfo al Getafe cayendo al centro desde la izquierda y cuajó su mejor partido como jugador del Valencia el jueves en Suiza. Piatti ha pasado de descarte a «currante» y titular de Djukic. Algo muy parecido a lo que le sucedió al serbio el año pasado en Valladolid. Alberto Bueno y Manucho pasaron de estar apartados „el club quería desprenderse de dos fichas altas de la plantilla„ a ganar importancia con el paso de las jornadas y apoderarse del rol de titulares. Lo mismo sucede ahora con el argentino. Mañana contra el Valladolid, Djuka medita dar continuidad al once que ganó en el Coliseum y eso significaría seguir apostando por Piatti de titular en Mestalla.La misma ilusión tiene Sergio Canales. El cántabro es ahora mismo con los números en la mano el futbolista que más partidos ha jugado de la plantilla. Ha participado en los 17 oficiales. Sin embargo, ese protagonismo no se traduce en titularidades. Solo ha salido de inicio en siete de esos encuentros contra el Barcelona, Swansea, Rayo, Kuban, Villarreal y St. Gallen en dos ocasiones. El futbolista desplegó en Suiza su mejor fútbol, pero necesita una continuidad de tres o cuatro partidos en el once para ser el que siempre fue. La calidad la tiene. La confianza, también. Hasta la autoexigencia. Solo había que ver como reaccionó en el segundo gol el jueves para darse cuenta. Piatti firmó el 2-2, pero Sergio ni se inmutó. Agachó la cabeza y salió andando hacia su campo consciente de que tenían que hacer mucho más, con superioridad numérica incluida. Al final marcó y sacó a relucir otro gesto de grandeza. Corrió al banquillo y se abrazó con Jonas, consciente de que lo estaba pasando mal por el penalti, su cambio y la suplencia. «Le pedí tirar el penalti, pero me dijo que no, que lo tiraría él, pero lo falló y le vi triste. Luego cuando marqué fui a dedicarle el gol, tenemos muy buena relación», dijo.

«Siempre confíe en mí»

Sergio admitía ayer desde tierras suizas que siempre ha tenido confianza en su fútbol y que intentará aprovechar las oportunidades que tenga. «La confianza en mí mismo no la he perdido nunca. Yo siempre confié en mí. Ahora lo que me toca es aprovechar mis oportunidades ayudar al equipo. Me siento en buena forma, ya me encontraba bastante bien en partidos anteriores», decía el cántabro.