El exjugador blanquinegro siempre que vuelve a Valencia, lo hará en breve para ver al Kuban, nota el cariño de la afición y confiesa que algún día le gustaría entrenar al Valencia. Algo que ya ha conseguido Djukic, ex compañero suyo, al que los resultados no le están acompañando en su etapa. Lubo sigue con atención a su ex equipo y, aunque le faltan datos para analizar los problemas, para él si las cosas van mal€ «el culpable es el entrenador».

-¿Sigue mucho la Liga?

-Muchísimo, es la que más sigo.

-¿Cómo ve al Valencia?

-Ahora mismo no es ningún secreto decir que no pasa por un buen momento. Tuve a Djukic como compañero y ha hecho un buen trabajo en Valladolid, pero en este momento no le acompañan los resultados, eso es lo que veo en estos momentos.

-¿Se veían los dos como entrenadores cuando coincidieron en el vestuario de Mestalla?

-De él no lo sé, pero yo lo tenía medio claro y conforme va el tiempo confirmas la idea. No tenía ninguna prisa en ser míster, pero estoy contento de los resultados y mi trayectoria. Uno tiene que saber cuándo está preparado para ser entrenador, muchos no quieren serlo, pero a mí me encanta. Las cosas nos han salido muy bien.

-¿Le gustaría entrenar algún día un club como el Valencia?

-Hombre, de vez en cuando hablo con gente de España y siempre digo que algún día entrenaré en España. ¿Valencia? Estuve varios años en Valencia y siempre estará en mi corazón.

-¿Se ha marcado como un objetivo ir progresando para en unos años llegar a Mestalla?

-Efectivamente, me gustaría estar en un club de primera división en España, lógicamente el equipo en el que más tiempo estuve como jugador fue el Valencia.

-¿Es triste ver al conjunto valencianista como está? Debería estar en una zona más alta.

-Hay detalles que no conocemos, me refiero a detalles del vestuario que saben los entrenadores y deben manejarlo. Al Valencia, por su historia, siempre aspira a que el equipo esté arriba, con una afición muy exigente.

-De los últimos tres entrenadores, dos de ellos han sido ex jugadores del club. Esa política no salió bien con Pellegrino, a Djukic le está costando. ¿Cómo valora esa política?

-Creo que no hay que mezclar ser ex futbolista y entrenador de un club, deben separarse, porque lo puedes hacer muy bien o no tan bien sin ser ex futbolista de ese club, hay que fijarse en las cualidades de los entrenadores, no tiene que ser obligatorio o no haber sido futbolista de ese club. Lo importante es que el técnico transmita al vestuario, todos somos humanos y tenemos defectos, nadie es perfecto.

-¿Se considera un entrenador exigente en el vestuario?

-Muchísimo, muy exigente y mucha disciplina pero al mismo tiempo flexible. Sé donde tengo que apretar y dónde no, los jugadores lo saben perfectamente. Y toco madera, porque desde que comencé a entrenar no he tenido ningún problema, sé que los jugadores entienden perfectamente la filosofía del cuerpo técnico y la disciplina que tienen que tener.

-¿Tiene a algún entrenador especial del que haya retenido muchas ideas para su carrera como técnico?

-He trabajado con bastantes, incluso recuerdo a algunos que tuve como niño. Con los que he trabajado más tiempo me acuerdo de cosas, que es importante, pero no creo que sea el momento de ampliar la respuesta. He sido jugador de elite, estar diez años en España, con la selección. Personalmente pienso que la Liga es la más fuerte y he sacado mucho provecho de esa etapa para implantar ahora como entrenador.

-¿Desde cuándo no viene unos días por Valencia?

-En verano estuve ahí, ahora tengo previsto viajar en diciembre para ver al Kuban Krasnodar, donde juega el capitán de Bulgaria.

-¿Sigue notando el cariño de la afición valencianista?

-Siempre lo noto, además, me quedo tranquilo porque la gente me conoce y me ha valorado siempre. Ellos ven que he dado mucho al equipo, la gente no es tonta y entiende perfectamente quién da el máximo y quién no. En el fútbol no te puedes esconder y si quieres conseguir metas grandes, estar arriba en Champions y entre los cuatro primeros hay que trabajar duro y exigir. Eso la gente lo aprecia. Cuando voy a Valencia es como si estuviera en casa.

-¿Es más importante trabajar que prometer cosas?

-Sí, hay que trabajar y hablar poquito. Prometer y hacer grandes frases, tarde o temprano van en contra de ti.

-En los últimos días ha habido declaraciones en las que se pone a los futbolistas en el punto de mira, el portavoz del Consejo les señaló diciendo que Djukic no chuta los penaltis. ¿Usted prefiere defender siempre a su grupo o también les da toques de atención en público?

-Siempre he defendido a mis jugadores, yo soy el primer muro antes de que llegue a mis jugadores, es mi política, pase lo que pase, para lo bueno y para lo malo, ahí estoy yo. Y cuando tengo que hablar lo hago en privado, pero ojo, ante todo el equipo para que todos sepan lo que ha pasado, porque un vestuario es una familia y que sepa lo que dicen todos. Hay que ser honesto con los jugadores e ir de cara.

-A veces fuera dicen una cosa y en el vestuario otra distinta.

-Claro, pero yo sigo mi linea. Prefiero ir de cara ante cualquier problema, al final unos jugadores tienen unas cualidades y otros distintas, por eso juegan unos u otros, pero tu eres el máximo responsable. ¿A quién echan luego? Al entrenador, no van a cesar a 25 jugadores. Si van las cosas mal€ el culpable es el entrenador.

-Aquí, por el contrario, se está teniendo mucha paciencia con Djukic.

-Yo repito, Djukic hizo buenas cosas en Valladolid y ahora no le acompañan los resultados en el Valencia. No sé los motivos, por tanto, prefiero no opinar.

-De Michael Jordan se quejaban los compañeros de que entrenaba siempre como si fuera a disputar un partido oficial, ¿un equipo juega como entrena?

-Obviamente, hay entrenamientos con intensidad y otros con menos, pero lo más importante es que el entrenamiento se parezca mucho a un partido. Luego ya el míster decide con qué intensidad. Yo hago lo mismo, de hecho, pongo hasta los banderines en el campo de entrenamiento, luego ya marcamos el programa de trabajo con un nivel de intensidad determinado y los aspectos a trabajar, siempre pensando que luego hay un partido y hay que estar fresco.

-¿Un entrenador debe ser el líder del grupo aunque haya figuras?

-Te hablo de mi experiencia, has de marcar el rumbo que los futbolistas deben de seguir. Todo pasa por un trabajo enorme y todos juntos, es un deporte de grupo, todos deben estar metidos, desde el míster al utillero o el que vende Coca Cola en el estadio.

-Un futbolista, cuando se acerca la etapa final de su carrera va valorando qué quiere ser. Ya entrenó al CSKA y al Litex Lovex, ¿entrenador era el rol que quería asumir?

-Era lo que quería, desde hace cuatro años soy entrenador. Lo tengo bien claro y decidido.

-Le gustan los técnicos con carácter, ¿tan importante es transmitírselo al grupo?

-Bajo mi punto de vista era un futbolista agresivo, con carácter, peleón... y mis equipos quiero que hagan lo mismo, eso es lo que transmito. Mucha disciplina, trabajo por el colectivo, mucho trabajo táctico, juego agresivo... eso es lo que quiero y pienso que en la mayoría de los partidos se ha visto, estoy muy contento con los internacionales. Un equipo si no tiene estilo, carácter, fuerza, voluntad e identidad, no me identifico con ellos.

-Ha renovado con la selección de Bulgaria, ¿satisfacción y a la vez refuerzo hacia su trabajo?

-Sí, esa es la verdad. He renovado por dos años más, trabajamos bien, se lograron buenos resultados y a partir de la base que ya tenemos confeccionada, ir mejorando.

-Una lástima no haber entrado en el play off para el Mundial, que pelearon hasta el último instante, aunque tampoco Bulgaria está en todos los torneos.

-Efectivamente, estuvimos hasta el final. El grupo de clasificación, si no era el más fuerte, era de los dos o tres más complicados, y se clasificó Italia. Dimos buena imagen y luchamos en todos los partidos, el equipo jugó bien.

-¿Cambia mucho trabajar en la selección a hacerlo en un club?

-Cambia bastante, yo soy una persona muy activa, a la que le gusta trabajar diariamente todos los días y en la selección es un régimen bastante diferente. Tienes entre nueve y once partidos por año, la mitad son oficiales, y a veces echo de menos el trabajo todos los días.