a invasión de campo en Blida al final del partido fue un escape de pura pasión. Argelia estará en el Mundial de Brasil y lo hará con Sofiane Feghouli como una de sus banderas. Los ´Guerreros del Desierto´ representarán con orgullo a un país y volverán a comparecer en una Copa del Mundo como representantes únicos del balompié magrebí. La explosión de ilusión y la emoción de la grada „repleta desde por la mañana cuando el partido comenzaba pasada de las 19:00 horas„ trasciende más allá de los tópicos. Feghouli cumplirá un sueño y adquirirá la condición de héroe nacional, como Ghoulam, Slimani, Bougherra „autor del gol„ o Khoualed, uno de los pocos jugadores nacidos en territorio argelino, el resto son hijos de la inmigración, naturales de París o Lyon.

Soso, loco de alegría

Feghouli volvió a metamorfosearse en busca de su versión más competitiva, esa que siempre trata de mostrar cuando se enfunda los colores verdiblancos de Argelia. No fue un recital, pero su intensidad es un plus para este tipo de partidos. Su celebración, dando saltos para tratar de engancharse al cuello de Bougherra, fue una de la imágenes del partido. Soso gritó el gol del triunfo como hacía tiempo que no se recordaba. La realidad es que este equipo ha sufrido mucho. En el germen de la remontada de Blida „perdió 3-2 en la capital burkinabé„ se encuentra el decepcionante papel de Argelia en la última Copa de África, donde no pasó la fase de grupos y cosechó un solo empate en un grupo con Túnez, Togo y Costa de Marfil. Después de aquello, el seleccionador Halilhodzic estuvo cerca de ir por el aire. El técnico se equivocó en la preparación y del Feghouli desequilibrante previo a la cita africana nunca más se supo.

Sufrimiento final

El partido no fue un recital. La tensión y los nervios predominaron sobre las florituras. Burkina Faso lo fío todo a la defensa y el contragolpe. El plan casi sale perfecto. Pero en el arranque de la segunda mitad, la escena cambió por completo: Feghouli forzó una falta en el centro del campo y de ahí partió el gol. Ghoulam la puso en el área y se sucedieron los fallos y los rebotes hasta que Bakary Koné despejó sobre Bougherra y el balón terminó en la red. Apretaron después los burkinabé, rozaron la proeza a empentones, pero resistió Argelia.