El conjunto de Djukic, intuitivo y voluntarioso „tanto en defensa como en ataque„ sacó petróleo en el minuto 20 de su ocasión más nítida. A la salida de un córner, Dani Parejo adelantó al Valencia en el marcador. El de Coslada, situado entre la maraña de jugadores de ambos equipos empujó, de primeras, un rechace al fondo de la portería. Suave. Con el ritmo preciso de un chiste bien contado. A Djukic se le colgaba instantáneamente una sonrisa. El serbio, en torno al que se ha anudado la actualidad durante la semana, aplaudía con satisfacción la coreografía de los suyos. Rápidamente, los valencianistas peregrinaron hasta Parejo para celebrar el tanto.

A partir de entonces, el Valencia atacó con ímpetu al Swansea, que apenas consiguió crear situaciones de peligro. Únicamente inquietó el área del brasileño Diego Alves cuando el equipo cometió imprecisiones. El Valencia monopolizó el control del esférico y dispuso el escenario perfecto para sentenciar el encuentro en la primera mitad. En efecto, Jonas estuvo a punto de hacer el segundo en el minuto 36. El brasileño recogió la posesión en la línea de tres cuartos y se atrevió con un potente disparo que salió ligeramente desviado, por encima de la portería del local Vorm.

El conjunto valencianista dominó la posesión del esférico. Tanto Djukic como Laudrup, los dos técnicos, subrayaron la importancia de monopolizar el balón en la previa. Con algo más de acierto de cara a puerta, el Valencia ofreció una imagen similar a la del pasado domingo en Elche. En los últimos instantes del primer tiempo, el árbitro anuló un gol legal a Álvaro Vázquez para los galeses por posición ilegal de Shelvey. Diego Alves, que hasta el momento se había mostrado tibio en sus intervenciones, rechazó con dejó en bandeja el remate para el atacante swans. El Valencia busca sentenciar el encuentro en la segunda parte.