El destino ha hecho un guiño al Valencia en su campaña europea: la UEFA ha decidido cerrar Sankt Jakob-Park y el equipo de Juan Antonio Pizzi se enfrentará a un Basilea con las gradas de su estadio vacías, huérfano del ánimo de sus aficionados en el partido de ida de los cuartos de final de la Europa League. El conjunto basiliense tendrá que jugar sin público los dos próximos partidos como local en competición europea.

Así lo ha decidido el Comité de Control y Disciplina de la UEFA, que ha castigado la actitud violenta y macarra de sus radicales en Salzburgo. El conjunto helvético fue acusado de distintos cargos, como el lanzamiento de objetos al campo y la conducta impropia durante la vuelta de los octavos de final ante el RB Salzburgo en Austria. Los incidentes provocaron que el árbitro parase el encuentro durante 13 minutos en el primer tiempo. Los futbolistas se retiraron al vestuario y el choque se pudo reanudar, después de que el presidente del Basilea „Bernhard Heusler„ y su capitán „Marco Streller„ calmaran a los seguidores.

Pendiente de apelación

La UEFA fue duro al corte con el FC Basel. Después de lo sucedido en la visita a Salzburgo, se esperaba una sanción económica importante „le ha caído una multa de 100.000 euros„ pero no el cierre de su estadio. Más siendo lejos de su estadio. Tras conocer el veredicto de la UEFA, Bernhard Heusler confirmó que se temían lo peor: «Estábamos en una lista de seguimiento y el veredicto es efectivamente la suma de varios incidentes». La decisión todavía está sujeta a apelación, pero no es sencillo que el Basilea quede libre de cargos.

´Infierno´ extinguido

Sankt Jakob-Park se quedará sin alma y el Basilea sin la fuerza de las 36.000 gargantas que habitualmente empujan y no fallan en las grandes citas europeas. La sanción es un golpe duro. El partido de ida perderá colorido y pasión. Una mala noticia para el espectáculo pero muy buena para el Valencia. En la eliminatoria ante el Dinamo los jugadores de Pizzi ya se enfrentaron a un enemigo desnaturalizado. La revuelta social en Kiev obligó a la UEFA a desplazar el partido fuera de territorio Ucraniano. La ida se jugó en Chipre y los valencianistas se impusieron (0-2) en un estadio GSP casi vacío, gélido. El ambiente fue opuesto al que se hubiera generado en el impresionante Complejo Olímpico de Kiev y todo eso terminó contagiando el equipo. El Dinamo se comportó como un deportado y eso desfiguró la personalidad que habitualmente muestra cuando juega como en casa. Lo mismo puede suceder ahora, aunque la personalidad del Basilea es otra. Los suizos son un equipo más hecho y competitivo.

Una baja decisiva

La UEFA ha sofocado una de las armas del Basilea: Sankt Jakob-Park, la ardiente ópera del Basilea. Un estadio ultra moderno, de carácter germano, donde la pasión de los aficionados se siente, sostiene al equipo y lo empuja a la victoria. Esta temporada sólo han conseguido la victoria dos equipos: el FC Zürich „11 de agosto, Super Liga suiza„ y el Schalke „1 de octubre„ en Champions. Aquí ha palmado esta misma temporada el Chelsea de Mourinho y equipos enormes como el Manchester United o el Bayern de Múnich han ido por el aire en las dos últimas temporadas. El curso pasado Dnipro, Zenit y Tottenham no salieron vivos.

Los 36.000 aficionados que lo llenan van a algo más que jalar salchichas y bebe cerveza. La Muttenzerkurve es un pulmón, una mezcla de gargantas, orgullo, banderas€ y también bengalas. Una mezcla potente, pero peligrosa cuando las pasiones no se controlan. Como se suele decir: pagan justos por pecadores, el fervor mal enfocado de esos aficionados en la grada del Red Bull Arena ha provocado el cierre de su guarida.