Correr, corrió. Llegar arriba, llegó. Le puso actitud. Tuvo muchas ocasiones. También el balón. Tampoco se cayó el equipo como contra el Almería, Getafe o Basilea. Sin embargo, todo eso no fue suficiente para ganar. Ni siquiera para marcar un maldito gol. Es la angustiosa realidad de un equipo que parece no dar para más. Ni aún haciendo bien las cosas. Ni siquiera una correcta versión bastó para ganar a un equipo en puestos de descenso. El empate a cero de Pucela, además de no valer para nada, es la triste confirmación de que Europa está muy lejos y que marcar cuatro goles para darle la vuelta a la eliminatoria de Europa es una utopía.

Ni el Valencia más voluntarioso de las últimas semanas es capaz de imponer su superioridad en forma de goles. El Valencia daba, pero no noqueaba. Una señal inequívoca de las limitaciones de las que hablaba Pizzi antes del partido. Si el equipo desbordaba por fuera siempre había un último pase impreciso que echaba al traste la jugada. Si el equipo llegaba con peligro siempre había una mala definición que impedía el gol. Cuatro ocasiones claras no fueron suficientes para adelantarse en el marcador. La tuvo Alcácer en un mano a mano con Jaime que no resolvió con pierna izquierda y una contra perfectamente llevada por Parejo que se le fue arriba. Tampoco Vargas estuvo acertado en la suya. El chileno desperdició una asistencia de Feghouli que incomprensiblemente remató mal casi en la misma línea de gol. Tan mal que el portero tuvo tiempo de reaccionar. Tampoco estuvo fino Soso definiendo. La angustiosa sensación en Pucela era que el Valencia iba a necesitar muchas ocasiones para aprovechar una. Y lo que es peor, ni una buena versión bastaba para ganar. La suerte es que, a diferencia de otras noches, el equipo no sufrió su habitual desconexión, siempre manejo el partido a su antojo con un Parejo y Keita notables y Guaita no pasó apuros. Solo Larsson de tiro cruzado inquietó realmente su portería. Otra buena noticia fue la actuación correcta de Vezo y, sobre todo, la solvencia de Fuego en su nueva posición. Eso sí, ambos echaron de menos a Mathieu en la salida de balón. Esta vez no había motivos para una charla dura del entrenador en el descanso, pero sí para la preocupación. Ni haciéndolo bien era suficiente.

Poco cambió después de la reanudación. Había actitud, posesión de balón y llegadas, pero no goles. Paco hizo un control orientado de diez, pero no definió bien delante de Jaime. La historia se repetía y lo que es peor, aparecían los primeros síntomas de desquicio. Desgastarse, llegar arriba y no hacer daño al Valladolid empezó a pasar factura mentalmente a los futbolistas. Mala señal. Fue así como los de JIM empezaron a venirse arriba simplemente por inercia. Pucela se lo creía y el Valencia cada vez menos. Pizzi echó mano de Piatti en busca del salto de calidad obligado que necesitaba el equipo para ganar. El argentino buscó puerta, pero un disparo acabó en el lateral de la red y otro en las nubes. Lo de siempre. Tampoco la entrada de Míchel fue el revulsivo que buscó Pizzi. Oriol fue el último intento del argentino por darle al equipo la fuerza que estaba perdiendo, pero ningún camino valía. Como tampoco vale de nada el empate. El Villarreal ya casi no se ve en el horizonte y, lo peor es que, muchas cosas tienen que cambiar el jueves para ver a un Valencia con gol y energía para remontar al Basilea. El corazón nos pedirá ser optimistas el jueves, pero el partido de ayer no engaña. Visto lo visto, no hay que hacerse ilusiones.

- Ficha técnica:

0 - Valladolid: Jaime; Rukavina, Rueda, Valiente, Peña; Rubio (Rossi, min.77), Víctor Pérez, Larsson (Jeffren, min.22), Óscar; Manucho (Bergdich, min.58) y Javi Guerra.

0 - Valencia: Guaita; Joao Pereira, Javi Fuego, Vezo, Bernat; Keita, Parejo, Feghouli (Piatti, min.61), Vargas (Michel, min.81), Fede (Oriol Romeu, min 91) y Paco Alcácer.

Árbitro: César Muñiz Fernández (Comité asturiano). Mostró tarjeta amarilla al jugador local Álvaro Rubio (min. 55) y a los visitantes Fede y Javi Fuego (min.70).

Incidencias: Partido correspondiente a la trigésimo segunda jornada de la liga BBVA disputado en el estadio José Zorrilla ante unos 16.000 espectadores.