"Esta temporada da gusto el ambiente que hay en el vestuario". La frase sale de la boca de uno de los jugadores que estuvo la pasada temporada en el plantel y ha experimentado en primera persona la evolución de un vestuario que ha transitado desde el liderazgo tóxico que ejercía un núcleo duro de jugadores por falta de contrapeso, las tensiones enconadas y los jugadores acomodados, a otro más joven y saludable, caracterizado por la voracidad competiva y las ganas de morir por cada balón. Nutrido de un bloque de jugadores con todo todavía por demostrar y que se saben ante un ambicioso proyecto que puede consagrar sus carreras deportivas. Esta temporada, especialmente, se habla de fútbol con ilusión en el vestuario del Valencia.

El verano ha renovado el optimismo de la plantilla valencianista; el grupo ha bajado en su mediana de edad hasta los 23´5 años de edad, un dato que desliza al Valencia como uno de los equipos más jóvenes de la Liga. El principal efecto de esta reconstrucción es que los jugadores, a diferencia de otros años, creen al máximo cada mensaje del entrenador. La llegada de Nuno Espírito Santo también ha dejado entrar air fresco en un vestuario que en las últimas semanas de la pasada temporada comenzaba a tambalearse y a mermar su nivel de credibilidad en la figura de Juan Antonio Pizzi. A día de hoy, los jugadores del Valencia se alinean junto al nuevo técnico, que se felicita por las buenas sensaciones a esta altura de la temporada.

Es el primer paso para conformar una comunión entre todos los jugadores, con el entrenador como punto de encuentro. Nuno se revela a los futbolistas como un entrenador exigente, pero a la vez cercano y protector. Entiende al jugador en cada situación, dialoga y actúa siempre en consecuencia, independientemente e cada circunstancia. Nuno está encantado con la forma física de sus hombres a estas alturas del verano. Y es que según fuentes del vestuario, esta pretemporada se está trabajando a un nivel de exigencia infinitamente superior a otros años. "Esta temporada", comenta otro futbolista, "vamos a ir como toros, nos damos auténticas palizas día a día. Nadie nos va a parar". Y todo, sin que se produzca ni una sola lesión muscular en los dos meses de pretemporada que ha hecho el equipo. Nuno y su cuerpo técnico cuidan con mucho mimo a sus hombres con dinámicas específicas de recuperación y ejercicios al final de cada sesión para prevenir este tipo de lesiones.

Y es que este nuevo Valencia, por encima de cualquier cosa, tiene hambre. Hambre de competir y de demostrar que este equipo puede volver al club al sitio de donde nunca debió descolgarse. El contexto de renovación brinda a esta plantilla la oportunidad de redefinir las aspiraciones del equipo tras unos años de anquilosamiento deportivo. El Valencia ve en Alcácer (20 años), Rodrigo (23) Parejo (25), Otamendi (26) sus líderes más destacados, dentro y fuera del terreno de juego, y se ha apuntado un grupo de jugadores que están por debajo de los 23 años y que están llamados a darle un salto de calidad a la plantilla. Zuculini (21), André Gomes (21), Carles Gil (21), Vezo (21), Gayà (19), Cancelo (20), De Paul (20), Mustafi (22), Rober Ibáñez (21) o Jaume (23) son conscientes de que se encuentran ante la oportunidad de lanzar sus carreras deportivas bien alto.

El escenario y la química que existe en estas primeras semanas en el vestuario con el entrenador favorecen su protagonismo en el césped y que florezcan poco a poco las individualidades. Este nuevo Valencia tiene un nuevo voltaje, con jugadores jóvenes, frescos, sin herencias envenenadas ni compromisos anteriores que acoten el rendimiento del equipo. Con dos hombres que han dado un paso al frente en los últimos meses y que portan el brazalete de capitán por méritos propios, como son Diego Alves, recién renovado por 5 temporadas, y Dani Parejo, al que el club pretende renovar en los próximos meses y que hace gala de su nuevo estátus de líder.