Filipe Augusto viene fuerte. El brasileño ya ha empezado a esbozar sus cualidades sobre el césped de la Ciudad Deportiva de Paterna. En su primer entrenamiento a las órdenes de Nuno, el centrocampista exhibió sus potencia física y también su soltura en el manejo del balón. Rufete ya lo advirtió en su presentación: "Filipe puede jugar de seis y de ocho gracias a su versatilidad". El mediocentro es un todoterreno. Ese es uno de los motivos por los que Espírito Santo se empeñó en su fichaje. El entrenador portugués condimentó la sesión de trabajo con un ‘partidillo’ y en la primera prueba, Filipe actuó como centrocampista de ataque en una sala de máquinas de tres piezas en la que Dani Parejo aliñó el juego como organizador, mientras Javi Fuego se aplicó como pivote defensivo posicional. Ya ha quedado claro: el nuevo ‘cuatro’ blanquinegro no sólo puede relevar a Fuego, también activa la competencia en todas las posiciones de la medular.

Filipe Augusto domina el modelo de juego y conoce la exigencia de Nuno. La perseverancia del estratega portugués por incorporarlo no puede ser un capricho. En Rio Ave, Nuno llegó a aprovechar al brasileño para labrar el campo como alfil más avanzado en un centro del campo a tres (4-3-3) para morder y taponar la salida del rival con su presión, casi como un segundo delantero. La intensidad es uno de los valores esenciales de Filipe y con el puede marcar la diferencia. El joven futbolista brilla en la recuperación. pero también es capaz de asociarse, enlazar y arrancarse al ataque en busca de la portería rival. En su primer día de trabajo a las órdenes de Nuno interpretó un rol parecido, con Parejo como encargado de activar la salida y Javi Fuego marcando línea. Fue un ensayo y faltaban futbolistas como André Gomes, pero ofrece algunas pistas.

Figura clave en Rio Ave

En esa línea, Pedro Martins (relevo de Nuno en el banquillo de Rio Ave) lo ha utilizado esta misma temporada como el futbolista encargado de llevar el equipo arriba. Filipe llega al Valencia CF en un momento de forma espectacular. El brasileño ha sido reconocido como uno de los héroes de la clasificación del equipo de Vila do Conde para la fase de grupos de la Europa League. Una competición en la que se ha exhibido como motor del equipo, destacando por su buena técnica, entrega sin condiciones y excelente visión de juego. La influencia de su zurda ha crecido hasta el punto de convertirse en referencia creativa y asentarse como lanzador de las acciones a balón parado.

Mediocentro, centrocampista de área a área, llegador...Espírito Santo lo afianzó -sobre todo- como apoyo básico del cerebral Tarantini en el doble pivote de Rio Ave. Trabajando en la cobertura por detrás del organizador, aunque no como un pivote posicional. Al contrario, se turnaban a la hora de salir en la presión o sacarla la jugada. El brasileño es un jugador que encaja a la perfección con ese ‘doble ocho’ que Nuno intentó implantar en pretemporada. Una idea que exige jugadores capaces de apoyar en ataque y defensa, como Filipe.

Nuno hace hincapié en la profundidad y la precisión

Nuno Espírito Santo volvió al trabajo decidido a exprimir a sus futbolistas antes del fin de semana libre que tendrá la plantilla. Después de su gira por promocional por Singapur, el entrenador portugués tomó el mando del último entrenamiento de la semana para seguir modelando su Valencia CF: trabajó la profundidad y el ataque por rápido por las bandas e insistió en delimitar el número de pérdidas de balón.

Nuno tiene muy clara su idea de juego. Se nota en el objetivo que marca para cada ejercicio. Antes del ‘partidillo’, el cuerpo técnico dispuso una serie de prácticas para insistir en la profundidad y la llegada al área rival por banda. Durante esta fase, el portugués perseveró sobre Dani Parejo, ya que el centrocampista debe ser el encargado de canalizar el ataque y provocar esa profundidad con sus pases. Nuno quiere velocidad y verticalidad, pero también seguridad y precisión. Durante el entrenamiento machacó a sus jugadores con la intención de evitar los errores en acciones de que terminan en pérdidas de balón no forzadas en la zona central del campo.