Una vez resuelto el 14 de agosto el problema de las garantías, que estuvo cerca de romper las negociaciones entre Bankia y Meriton, los abogados de ambas partes han mantenido contactos contínuos para redactar los contratos definitivos que se firmarán en un acto que escenificará el momento histórico de la venta del Valencia al empresario de Singapur Peter Lim. El hecho de que la firma no se haya producido ya responde a la extrema rigidez de los abogados de ambas partes a la hora de redactar los contratos, en los que después de tantas discrepancias ninguno quiere dejar un solo detalle a la libre interpretación. Sobre todo porque cualquier clausula a beneficio de una de las partes puede suponer a la larga muchos miles o millones de euros. Es el caso de la parcela de Mestalla, hipotecada por Bankia pero que nadie duda que en los dos próximos años puede ser vendida si se presenta una buena oferta. Ambas partes trabajan para dejar definidas las condiciones de una posible operación de esas características.

Al margen de la firma entre Meriton y Bankia está la contingencia de Porxinos. Amadeo Salvo tiene muy encaminado un acuerdo con los bancos propietarios actualmente de los terrenos afectados por el PAI, que estaría a falta de la aprobación por parte de la administradora concursal de Nozar, la empresa que los compró en su día al Valencia para desarrollar el proyecto urbanístico, y que después entró en suspensión de pagos, y del pleno del Ayuntamiento de Riba-roja. En este caso, a todas las partes les une el interés de que el proyecto siga adelante.