Generoso e inteligente. Así se comportó Alcácer sobre el terreno de juego. Su gol fue la guinda de un pastel que tuvo como componentes perfectos todos sus movimientos. Introducirla dentro de la portería es algo palpable y algo que al aficionado no pasa desapercibido, pero el trabajo sin el balón en los pies es otro de los factores que debe tener un delantero y el del Valencia ayer volvió a dar una nueva clase en esta faceta.

Con una mediapunta compuesta por hombres que no dejaron de permutar en ningún momento, la presencia de Alcácer sobre el terreno de juego sumó un factor más en ese peligro en la zona de tres cuartos. Pedro, Cesc Fábregas o Silva no tardaron en conectar con el delantero del Valencia, quien a los pocos minutos ya se presentó detrás de la defensa de Macedonia para recibir al espacio, aunque su centro atrás no encontró compañero.

En el 2-0 apareció el manual del delantero, aquel que debe enseñarse en las escuelas de fútbol. Ese vídeo deben ponérselo una y otra vez aquellos que sueñan con enfundarse el '9' de España, al igual que ayer lo hizo Alcácer. El ariete del Valencia acudió al apoyo en corto, se llevó al defensa y cuando el balón le sobrepasó fue al área pequeña. Ahí donde descansan -que no duermen porque están muy vivos- los oportunistas. Los que tienen el gol en la sangre. Un instinto que se tiene o no se tiene.

Tras el gol Alcácer hizo lo que siempre hace, acordarse de su padre. Miró al cielo y señaló con el dedo índice de cada mano a aquel que siempre confió en él. Después del partido habló sobre ese gesto. «Cada día le recuerdo. Cada vez que salto al césped está conmigo y me ayuda mucho», reconoció.

Quienes sí estuvieron en la grada del Ciutat de Valencia fueron su hermano y su madre. Los primeros en levantarse del asiento para celebrar el gol y para darle un abrazo después del partido. Una muestra de cariño especial. La del día del debut. La del primer gol oficial con España.

Un traje a medida

Sin ser una losa ni mucho menos, al delantero le pesa abrir la lata. Comenzar a escribir la historia de unos registros que auguran un futuro genial y que no tiene techo no es fácil ni mucho menos. Tirar abajo ese muro cuesta y Diego Costa es el primero en saberlo. Alcácer sin embargo sólo necesitó 17 minutos. El tercer futbolista en toda la historia de la selección en anotar antes sólo por detrás de Salinas y Morientes. Y es que, por lo visto ayer, al ariete de Torrent, le sienta a la perfección y a medida el traje de delantero de España.

El juego de España favorece a Alcácer, no hay duda, pero es más importante si cabe observar como el delantero también genera para el resto. El hermetismo y la introversión de Diego Costa son el reflejo de que sus movimientos tal vez no ofrecen a los de Del Bosque un estilo idóneo. El gol por supuesto, y más tratándose de un delantero, es otro factor que influye y es que el hispanobrasileño lleva 358 sin anotar con la selección.