Da gusto ver a este equipo. Crea peligro con la conexión entre Alcácer, Rodrigo y Piatti, llega arriba y maneja el partido con André y Parejo, no se descompone con Fuego y concede pocas ocasiones al rival con una línea de cuatro firme en la que no cabe ni siquiera un campeón del mundo como Mustafi. Los fichajes tienen que esperar. Es la ilusionante realidad de un equipo lanzado e hiperconfiado en si mismo que siempre da sensación de estar vivo. El Valencia solventó con facilidad el típico partido que siempre se complicaba. Ahora gana por intensidad, por fútbol y por goles. Es contundente y ganador. No ha empezado así la Liga por casualidad. Hay equilibrio en el juego, calidad y hambre en la plantilla, ilusión en Mestalla y el mejor futuro por delante. ¡Qué buena pinta!

Poco tiempo hubo que esperar para comprobar la conexión que existe en el tridente equilibrado de Nuno. Alcácer, Rodrigo y Piatti se complementan, se buscan y, lo mejor, se encuentran. Así fue el primer gol. André robó con la intensidad que Nuno le pedía en pretemporada, Alcácer arrastró a un defensa con su desmarque, Rodrigo desbordó en derecha con un plus de velocidad y puso el balón atrás para que Piatti enviará a la red. Un gol casi idéntico al que marcaron en el entrenamiento previo de Paterna. Este equipo juega con la energía que entrena y esa es la mejor señal. Puede que esa posición de falso interior derecho no sea la mejor para Rodrigo, pero sí es la mejor para el equipo porque hace mejores a Paco y Piatti. Caso aparte merece Javi. Lo ha vuelto a conseguir. Es imprescindible para todos. Corrigió una pérdida de Parejo en el único error de la primer parte y se multiplicó en ayudas a sus compañeros.

Con ese mismo error empezó la segunda. Dani tiene tanta confianza en su fútbol que cometió un segundo error que acabó en gol anulado por fuera de juego de Sergio García. Lo bueno es que Parejo casi siempre hace las cosas bien con el balón. Un pase en profundidad a Barragán por el carril derecho provocó el control de Paco y el disparo de Rodrigo. Casilla envió el balón a córner. El Valencia no se había asustado. Tampoco le entraron los nervios. Dio un paso adelante cuando parecía que decaía de intensidad el partido. En el momento justo. André inicio, Alcácer asistió y Parejo recogió el balón en zona de tres cuartos para avanzar metros y acabar la jugada con un ´pase´ al lateral de la red imposible para el portero. Un golazo de llegador. El equipo es insaciable. Buscó el tercero desde el orden y lo encontró. Para ser el partido perfecto debía marcar Alcácer y lo hizo en una jugada de auténtico ´killer´. Parecía que la jugada no iba con él, pero la acompañó hasta llevarla adentro. Mestalla enloquecía a grito de "¡Paquito, Alcácer!". El tanto de Sergio García de penalti solo fue una anécdota. La afición despidió al equipo con una calurosa ovación. Visto lo visto, no será la última del año.