Rodrigo De Paul continúa con su ilusión intacta de triunfar en el Valencia. El argentino se llevó una decepción el pasado fin de semana quedándose fuera de la convocatoria por decisión técnica por primera vez en la temporada. Sin embargo, su situación deportiva no es límite como la de Joâo Pereira y Bruno Zuculini. Tanto Nuno Espírito Santo como el jugador tienen confianza en que las cosas cambien y el argentino adquiera el protagonismo que tanto uno como el otro esperaban desde que se descubrieron juntos en pretemporada. Sus gestos les delatan. Nuno busca soluciones y se ha reunido recientemente con su compatriota Nicolás Otamendi „el mejor amigo de De Paul en la plantilla„ para intentar entender los motivos por los que no está rindiendo al nivel esperado. De Paul, por su parte, lejos de bajar los brazos, solo entiende la ausencia en la lista como un toque de atención y quiere aprovechar estos días de parón liguero que le concede el calendario para demostrarle al míster su capacidad de trabajo. El argentino no ha empezado su camino en el Valencia como había soñado, pero no está dispuesto a bajar los brazos. No se rinde.

Nuno considera que hay futbolistas que ahora mismo están por delante de De Paul, pero no lo da por perdido. La prueba es la charla que ha mantenido recientemente con Otamendi. El técnico conoce la relación de amistad que existe entre los dos, sabe que comparten mucho tiempo en Valencia y quiso preguntarle acerca de su amigo en busca de información directa que le ayude a entender su rendimiento deportivo. ¿Qué siente? ¿Qué piensa? ¿Qué le pasa? Nuno descubrió el potencial de De Paul en pretemporada y desde muy pronto le consideró un fijo para su juego exterior junto a Piatti y Feghouli. El argentino empezó la temporada por delante de Carles Gil y Rober Ibáñez, pero la realidad es que sus entrenamientos y sus minutos de competición oficial le han relegado ahora mismo a estar por detrás de los dos canteranos. Así lo evidenciaba la lista de convocados para el partido contra el Athletic. No estaba, aunque se le espera para las próximas. El futbolista demostró tener una personalidad fuera de la normal cuando asumió la responsabilidad de capitán de Racing Club de Avellaneda con 18 años y ahora es el momento de sacarla.

Lo cierto es que De Paul, después de un verano de muchas esperanzas, no ha empezado con buen pie en el Valencia. El pasado domingo, curiosamente, coincidió en Mestalla con una de las personas que empezó a poner piedras en ese camino: Del Cerro Grande. Eso sí, no se cruzaron en toda la tarde. El árbitro del Valencia-Athletic fue el mismo que le expulsó injustamente en el Sánchez Pizjuán al minuto de su debut oficial. Lloró desconsolado en el vestuario, soportó los cuatro partidos de sanción de los comités federativos, pero ya nunca nada fue igual. Desde entonces solo ha disputado 27 minutos en seis partidos. Se quedó en el banquillo contra la Real Sociedad y el Atlético de Madrid, jugó catorce minutos contra el Deportivo, diez contra el Elche y los tres últimos en El Madrigal. Mientras Carles Gil y Rober ganaban peso en el equipo y galones en los cambios, él los perdía. El domingo tocó fondo siendo el descarte, pero ´Rodri´ se lo toma como un punto de inflexión. Ahora más que nunca tiene que seguir trabajando para ofrecer la mejor versión de su fútbol en Mestalla y... en la ciudad deportiva de Paterna.