Nicolás Otamendi está hecho de otra pasta. Ayer escribía en Paterna el último capítulo de su milagrosa recuperación de su tobillo izquierdo. Sus conductas siguen sorprendiendo a todos. Llegó de Madrid a mediodía y en lugar de irse a casa como el resto de compañeros se metió en el gimnasio para tratarse bajo la supervisión del doctor Juan Albors. Por si fuera poco, también quiso aprovechar la tarde y se llevó una máquina de electroestimulación y otra de hielo a su domicilio. Y es que, Nico entrena desde casa si hace falta. Se sacrificó para llegar a Vallecas y ahora hace lo posible por llegar a tope a Granada.

El milagro comenzó contra el Barcelona. El argentino salta a por un balón con la mala suerte de que chafa a Gayà y se le tuerce el tobillo izquierdo. A pesar del dolor, a Nicolás no se le pasa por la cabeza salir del partido y termina los 90 minutos ante los azulgrana mientras era visible que sufría algún percance. Al día siguiente, los médicos del Valencia le diagnosticaron un esguince de grado 1-2 y le recomendaron una semana para recuperarse del golpe. Pero Otamendi es de otra raza y no aguantó ni 24 horas para volver a entrenarse. Por la mañana ya corría por la Ciudad Deportiva de Paterna y el segundo día ya se unió al resto de sus compañeros para entrenarse al mismo ritmo que el todo el grupo con el objetivo de llegar al partido de Copa del Rey ante el Rayo Vallecano.

Y así fue. Cuatro días después de terminar un partido con un esguince en su tobillo, Otamendi viajaba y saltaba como titular en la eliminatoria de Copa en Vallecas, completando de nuevo 90 minutos en el eje de la defensa en un partido bastante exigido para la retaguardia valencianista. Pero aún así, sigue siendo insuficiente para el ambicioso central argentino. Después de llegar a Paterna sobre las 12:30 de ayer con el resto de la expedición en el autobús, Nuno les había dejado la tarde libre tras la victoria ante los franjirrojos. La mayoría de los jugadores se marcharon con sus coches a sus respectivas casas para disfrutar del resto del día. Otamendi no. Nicolás, „no contento con haber jugado lesionado ante el Barcelona y haber aguantando los otros 90 minutos ante el equipo rayista„ se metió en el gimnasio para hacer trabajos de recuperación. El zaguero argentino aprovechó su estancia en las instalaciones para trabajar y estar a las órdenes de Nuno en Granada. Pero Otamendi seguía sin conformarse y como ayer tenía la tarde libre, se llevó los deberes a casa. Cogió dos máquinas del gimnasio para seguir la recuperación en su casa. Una es un electroestimulador que recupera el músculo y la otra una máquina que suministra hielo para tratar de rebajar el dolor y la inflamación de su esguince. No hay duda. Otamendi es de otra raza y su compromiso es ejemplar para todos.