El Valencia despedirá 2014 con el deber cumplido. El conjunto de Nuno Espírito Santo ha logrado encauzar el rumbo, ahí están los resultados: Clasificación para los octavos de final de la Copa del Rey y cuarto en la Liga BBVA después de 16 jornadas disputadas. La competición de la regularidad baja el telón hasta el 3 de enero, y lo hace con un tajante corte entre una tropa de equipos, dentro de la que nadie puede sentirse todavía fuera de peligro, y una élite que acoge a los siete mejores. Entre ellos, los cuatro equipos que se perfilan como los competidores del Valencia por las dos plazas de Champions que, en teoría, quedarían libres: Atlético, Sevilla, Villarreal y Málaga.

Real Madrid y Barcelona, sobre todo los blancos, se destacan en la cima. A continuación aparece un grupo en el que sobresale el actual campeón, el Atlético de Madrid, que saca cuatro puntos al Valencia y cinco a un Sevilla con un partido menos. A los opositores a la Liga de Campeones se han acercado en las últimas semanas dos de los bloques más en forma, Villarreal y Málaga. Los de Javi Gracia suman nueve de nueve puntos, pero mucho más sorprendente la progresión del Submarino. Desde que cayeron con el Valencia en El Madrigal, los amarillos han conquistado 16 de 18 puntos y han vencido en sus últimos cinco encuentros.

La victoria de los de Nuno en la ´final´ de Ipurua vale su peso en oro, y lo vivido en el resto de la jornada 16 es la prueba perfecta de ese valor. En ningún plan cabía un nuevo tropiezo viendo el empuje con el que vienen por detrás Villarreal y Málaga. No había más opción que ´bajar al barro´, sumar tres puntos y aprovechar el hecho de que el Sevilla hasta el 4 de febrero no disputará la jornada 16 (visitará ese día el Bernabéu) para pasar la Navidad cuarto y en paz.

Mini-crisis superada

Con los últimos seis puntos sumados frente al Rayo Vallecano (3-0) en Mestalla y el Eibar (0-1), el Valencia ha cortado la primera mini-crisis de la temporada, una carestía en la que se cayó tras cuatro envites sin ganar: Athletic (0-0), Levante (2-1), Barça (0-1) y Granada (1-1). Después de la derrota en el último suspiro contra los culés el equipo salió por primera vez de la zona Champions desde que se colocó segundo con un 3-0 al Málaga en la segunda jornada. La situación se complicó más aún con el traspié en Granada? el objetivo principal se alejaba a cuatro puntos.

El tanto de Paco Alcácer en el embarrado campo eibarrés devolvió a los blanquinegros al lugar del que no puede permitirse salir, un sitio entre los cuatro primeros, el estatus que al concluir el curso da un billete hacia la mejor competición de clubes. Un gol, tres puntos y un triunfo que certificaron la reacción iniciada con la goleada al Rayo. Superado el momento más delicado desde que Nuno asumió las riendas, lo cierto es que el Valencia ha retomado una tranquilidad perdida en las dos temporadas pasadas, cuando a final de año el equipo ya había sufrido un cambio en el banquillo (Valverde por Pellegrino en la 12/13 y Pizzi por Djukic en la 13/14) y las distancias con la cuarta plaza eran exageradas acorde a la capacidad de una entidad como la de Mestalla. Por ejemplo, los puntos de hoy (31) guardan mucha más similitud con los años de Unai Emery como entrenador blanquinegro. En 2011, también después de 16 jornadas jugadas, el equipo caminaba tercero con 33 puntos, a siete del líder. Sin embargo, aquel curso la Champions estuvo bastante más ´barata´ que ahora. Entonces el Valencia adelantaba con suficiente renta a atípicos rivales como el Levante, a cuatro puntos y Osasuna, a ocho. El Málaga fue finalmente cuarto en la 11/12.

El factor de jugar en Europa

Tres años después los malacitanos vuelven a presentarse entre el elenco de enemigos. El Atlético, que se resiste a perder al dúo de cabeza, será el más duro, aunque la distancia es salvable y los de Nuno demostraron en la séptima jornada que son capaces de plantar cara a los rojiblancos (3-1). Los cinco siguen vivos en la Copa, pero el Valencia y el Málaga contarán con el plus físico de no tener que viajar y desgastarse en Europa. Este será un punto débil tanto para Atlético, Sevilla y Villarreal, que podrían perder fuelle en la larga carrera liguera. Sobre todo, los de Marcelino, quien maneja una plantilla joven con un fondo de armario reducido. La juventud marcará el techo amarillo, algo similar pasará en un Valencia menos fatigado.