Daniel Levy, Pinto da Costa, Augusto César Lendoiro... El fútbol internacional ha dejado un nutrido ramillete de negociadores implacables a lo largo de la historia. Un club en el que Luis Filipe Vieira, presidente de Benfica, tiene un asterisco junto a su nombre por su peculiar forma de hacer negocios. Al Valencia ya le negó el fichaje de Simâo Sabrosa en 2006 cuando todo parecía hecho y este pasado verano volvió a cruzarse en el camino para frustrar la llegada de Enzo Pérez. Peter Lim ya ha comunicado a los responsables de Mestalla que las negociaciones van bien y el acuerdo para la llegada de Enzo, ahora sí, está totalmente encaminado. Sin embargo, en el Valencia nadie se fía un pelo de Vieira, el hombre que le estrechó la mano a Lim por Enzo y rompió su palabra este verano.

La escena tuvo lugar hace apenas unos meses en un restaurante de Madrid. Los dos empresarios y sus respectivas señoras, en torno a la mesa y con un pacto de 25 millones de euros más otros tantos en concepto de variables como plato principal. Un traspaso que siguió fraguándose en Belo Horizonte, donde el futbolista llevaba a cabo la concentración previa al Mundial de Brasil, y hasta donde llegó a viajar Paulo Gonçalves, el abogado que remata las operaciones de Benfica. Entonces, como ahora, la operación parecía definitiva. Pero Vieira se descolgó entonces exigiendo los 30 millones de euros de la cláusula de rescisión al contado, una operación que Lay Hoon no autorizó con un proceso de venta de por medio que estaba todavía lejos de cristalizar en favor de Meriton Holdings.

En Portugal dan ya por cerrado el fichaje de Enzo por el Valencia, pero en el club los dirigentes son prudentes por la experiencia que han tenido en la negociación anterior. Todo lo contrario que ocurrió con el Oporto cuando se negoció por Otamendi. Y es que entonces sí se respetaron todos los acuerdos, cláusulas y palabras de por medio. El Valencia, no obstante, espera al futbolista tras la Navidad. Enzo Pérez llegó ayer a Mendoza para pasar con los suyos las vacaciones y alberga el deseo de presentarse el día 29 para comenzar a trabajar en Paterna con el objetivo de debutar contra el Madrid el día 4 de enero. Ayer, el diario A Bola salía a los kioscos con la noticia en portada de que ya existe un acuerdo cerrado entre clubes y que el argentino, como viene publicando SUPER, firmará un contrato por las próximas 4 temporadas y media toda vez que los flecos de la operación se habrían rematado en las últimas horas y el Valencia desembolsaría 25 millones fijos y Benfica recibiría otros 5 adicionales en concepto de variables.

Le esperan para el Madrid

Ahí reside precisamente en los últimos días la negociación, queriendo el Valencia que estas variables sean de tipo colectivo, como por ejemplo la consecución de objetivos, y el club portugués exige que sean mucho más asequibles para asegurarse ese ingreso de dinero. Los planes ahora mismo pasan por que la operación pueda cerrarse cuanto antes, a principios de la próxima semana si pudiera ser, mientras el futbolista, en medio de todo, tiene el convencimiento que no jugará el partido de su equipo frente al Nacional el día 28 perteneciente a la Copa de la Liga.

De hecho, el diario luso apunta que Enzo pasaría el reconocimiento médico con el Valencia el mismo día 29 de diciembre. En cualquier caso, el mensaje que repetía Amadeo Salvo durante el desplazamiento a Eibar era: "A día de hoy no está fichado". Salvo y Nuno estuvieron hablando al regreso del viaje, pasada la una de la madrugada. Nada más aterrizar en Manises, el presidente ejecutivo se despidió del técnico, que se marchaba a Portugal con su familia. Ambos quedaron en estar localizables las 24 horas del día a través del teléfono. En el mercado de invierno se espera, como mínimo, la llegada del argentino y hay que valorar varias salidas de la plantilla. De ahí que ambos van a estar en contacto telefónico permanente durante estos días. Salvo le transmitió a Nuno que si todo transcurre según lo previsto, Enzo Pérez estará listo para jugar en el debut del Valencia en 2015 frente al Madrid. Los próximos días son decisivos.