Con empate a cero en el marcador, Caicedo amenazó con una jugada personal el partido de la reacción del Valencia en Cornellà. El delantero ecuatoriano, especialmente inspirado, fue sorteando rivales en espacios reducidos hasta que se plantó cara a cara con Diego Alves. Su suerte cambió en ese preciso instante. "Cuando veo que sale del uno contra uno, trato de aguantarle lo máximo", comienza relatando el guardameta brasileño, todo un especialista en las acciones que se resuelven a vida o muerte, "él me aguanta dos veces pero veo que el balón se queda difícil para golpear con el interior, consigo aguantar y paro el disparo con el brazo". Es la crónica de la penúltima parada imposible de Alves, una coreografía felina, tan arriesgada como precisa, capaz por sí sola de levantar el estado de ánimo del equipo entero.

Y es que si uno echa la vista atrás y repasa partido tras partido se da cuenta fácilmente que el portero valencianista adquiere una trascendencia capital en el entramado de competición del equipo de Mestala. A lo largo de la temporada, Alves ha aparecido con naturalidad en los momentos en los que el vértigo ha puesto en amenaza al Valencia. Ante el Espanyol rescató todas las posibilidades del equipo actuando con una frialdad digna de estudio en instantes de frenetismo e intuición, pero no es la primera vez, ni mucho menos. Diego es un pilar del equipo y el mejor guardameta de la Liga. "Nosotros somos porteros, uno está para cuando el equipo le necesite. Conseguí parar un balón bueno, los defensas hacen también un trabajo importante", describe el cancerbero, que se desliza claramente como el heredero más digno de Santiago Cañizares, en la saga de súper guardametas de la historia del club, que quizá presida Ignacio Eizaguirre.

Ante la Real Sociedad en Anoeta; contra el Atlético parando un penalti decisivo en un momento de flaqueza del equipo; con su estirada ante el Villarreal; los últimos minutos de infarto ante el Athletic; su gran actuación ante el Barça; la prodigiosa reacción ante el disparo de Piovaccari en Ipurua; su exhibición de reflejos como respuesta al remate de Isco en el área pequeña ante el Madrid; de nuevo un penalti contra el Celta; otro más a Bacca ante el Sevilla; o su anticipación a las intenciones de Caicedo en Cornellà. Diez paradas imposibles que nutren un anecdotario brillante de intervenciones al alcance de pocos porteros en el fútbol internacional.

Siempre rinde a alto nivel

Alves se ha consolidado como la base de la columna vertebral del equipo. Un elemento esencial en el conjunto de Nuno Espírito Santo. Con 29 años, ha alcanzado el punto de madurez que le hace elegir bien en cualquier situación de partido y los dirigentes del Valencia son plenamente conscientes de ello. Por ese mismo motivo, habida cuenta de su compromiso con el proyecto, el club decidió renovarlo con un contrato de larga duración el pasado verano. Son Alves y diez más.

No te pierdas las mejores paradas de Alves esta temporada