Después del importante acuerdo alcanzado con el Ayuntamiento para el pago de la deuda de 19,8 millones de euros por la parcela del vetusto Mestalla, el Valencia continúa dando pasos para la construcción del nuevo estadio situado en la Avenida de Les Corts Valencianes. El próximo objetivo es ahora la firma de la escritura, el paso previo a la reanudación de las obras, paralizadas desde el 25 de febrero de 2009, y ya con la licencia. En los planes de Peter Lim y los rectores del club está reactivar las obras durante los meses finales de 2016.

Una vez se ponga en marcha ese nuevo calendario de construcción del estadio se calcula que el Nou Mestalla debería estar acabado y listo para que el Valencia juegue en él después de 18 meses, es decir, para la campaña 2018/19. De todas maneras, el traslado efectivo podría esperar a la siguiente, a la 2019/20, ya que está decidido acorde a la reglamentación vigente que la mudanza a la nueva casa del valencianismo se haga al inicio de una temporada, no a mitad por los múltiples trastornos que eso conllevaría no sólo al club sino a la ciudad.

En 2007 las obras se iniciaron sin que el Valencia CF contara con la licencia definitiva. Sin embargo, las autoridades lo permitieron. A partir de ahora, con el acuerdo oficializado el viernes pasado en el que las partes llevaban meses trabajando, el estadio pasará a ser propiedad del Valencia CF cuando lo pactado quede escriturado. Las negociaciones con el Consistorio han significado un proceso largo y, paralelamente, se han desarrollado también varias reuniones con el arquitecto Mark Fenwick para modificar aspectos del plan inicial con tal de maximizar la explotación comercial del estado. Este es uno de los puntos sobre los que se basa el plan financiero trazado por Peter Lim, de ahí el interés en que esté activo cuanto antes. Pero una vez se finalicen las obras, la UEFA necesitará también un tiempo para homologar la infraestructura. Por estos motivos la puesta en marcha para que compita el Valencia CF podría demorarse al curso 2019/20, aunque el deseo es poder cambiar de casa la temporada anterior.

Otro punto que dejó boquiabiertos a los nuevos gestores del club a su llegada era la inversión que tenía que realizar el Valencia CF en el polideportivo anexo al estadio, "hasta siete millones de euros". Según los cálculos estimados, con esa cantidad podrían realizarse unos 14 campos de césped artificial. Los dirigentes blanquinegros tienen la intención de dialogar con el Ayuntamiento para reducir esa inversión, puesto que no se puede resolver con el abono de la cantidad diferencial entre el coste y la cantidad máxima a abonar. Poco a poco van avanzando.