No hay nada que ilusione más al valencianismo que sentir el compromiso de uno de sus jugadores. Es lo que está pasando con Nicolás Otamendi. Los valores, el esfuerzo y la capacidad de superación del argentino ha calado hondo en el corazón de la gente. Ayer pudo comprobarse en la ciudad deportiva. Su lucha contra su tobillo lesionado y su manera de competir en el Vicente Calderón ha disparado la fiebre por el central. Tiene el reconocimiento y la admiración del valencianismo. Como hacía tiempo que no tenía un jugador en Mestalla. La afición idolatra a Nico y está dispuesta a ofrecerle todo lo que está recibiendo del jugador. Que es mucho. Ayer fue la prueba en Paterna. «¿Cuándo sale Otamendi?», preguntaban los aficionados a uno de los miembros de seguridad. Salió de los últimos, pero allí estaba un grupo de valencianistas esperándole para hacerse fotografías, conseguir sus autógrafos, pero sobre todo para agradecerle su comportamiento ejemplar. «Máquina», «grande» o «jefe». Todas las palabras se resumían en una: «Gracias».

La afición se identifica con Otamendi y el jugador es feliz en Valencia. La conexión es mutua. Está disfrutando, como dice él, «a diario». Saborea cada rato de entrenamiento, de vestuario y, sobre todo, de partido. Lo demuestra con palabras, pero también con hechos. Solo hay que remontarse al pasado mercado de invierno. Entonces el Valencia y el jugador renunciaron a una suculenta oferta del Manchester United de 35 millones de euros. El futuro es impredecible y más en el fútbol. La única realidad ahora es que la intención del club es mantener a sus mejores futbolistas y Nico lo es. «Todo el mundo quiere estar aquí, en el Valencia. En el fútbol siempre se vende y se compra. No vamos a descubrir nada, pero queremos ser un club donde nuestros jugadores siempre se mantengan en plantilla y no perderlos, salvo cuando nosotros queramos perderlos», decía el presidente Amadeo Salvo. Es cierto, Nico ahora quiere estar aquí. El argentino está a gusto en la ciudad, disfruta del equipo y se siente valorado por todos los estamentos del club. Más que nunca, se siente en casa.

Nico rechazó los millones de la Premier League. Su única preocupación entonces era mantener el nivel que había mostrado en la primera vuelta. La Liga demuestra que no solo ha mantenido el nivel. Se ha consolidado como uno de los mejores centrales del campeonato marcando la diferencia en cada partido. Especialmente contra los rivales directos. Sus mejores actuaciones han llegado contra los Barcelona, Real Madrid, Atlético de Madrid, Sevilla o Villarreal. Es líder en el campo y el Mánager General, Rufete, así lo vio desde el primer día. «Desde el principio hemos pensado que era nuestro líder y así se lo hemos hecho ver al míster de desde que llegó. Pero no un líder por el vestuario... un líder por la energía que transmite, por la energía que hay que meter en un vestuario». El tiempo le ha dado la razón. Nico intimida a sus rivales, hace mejor a sus propios compañeros y es un espejo en el que se mira el vestuario. Incluido el cuerpo técnico. Ellos también vieron a Otamendi el primer día como un ejemplo a seguir. Así lo afirma Rufete. «Para luchar contra los gigantes tenemos que trabajar más que ellos, como ha hecho Otamendi para estar en el Calderón, trabajar ocho horas para recuperarse...»

Argentina: su otro salto

La alegría de Otamendi es doble. O triple. El tobillo ha respondido a la perfección a la exigencia del Calderón y el jugador está siguiendo un plan específico para que esta vez no queden secuelas. Las cosas no pueden ir mejor en el Valencia y esa regularidad se ha convertido en el mejor billete para hacerse fuerte en la Selección Argentina. Comenzó la pretemporada con el Valencia desde Alemania como descarte mundialista y ahora, medio año después, es un internacional fijo para la Albiceleste. El siguiente paso es ser uno de los centrales titulares del Tata Martino. Garay, Roncaglia, Musacchio o el propio Orban son sus competidores. En esta última lista, por ejemplo, el central Martín Demichelis ha sido la gran ausencia para la gira de dos amistosos en Estados Unidos contra El Salvador y Ecuador del 28 y 31 de marzo respectivamente. Está llamado a ser también un líder de su país. Y es que Nico es ´Bestiamendi´ para todo.