Aunque defendió los colores del Valencia a finales de los 80, Antonio va mañana con su hijo. El Derbi de Mestalla es un partido especial para los ´Toño´, justo cuando el lateral zurdo se ha convertido en indiscutible para Lucas Alcaraz. «Lo ha pasado mal. No fue sencillo por la rotura que sufrió. Siempre le digo que debe estar preparado para los malos momentos, porque el fútbol no es un camino fácil. Toño es un profesional muy trabajador y cada día va creciendo. La apuesta que en su momento hizo el club por él fue muy fuerte y no debe defraudarles. Yo soy del equipo de mi hijo», afirma Antonio. Al padre le hubiera encantado recibir los mismos consejos del suyo, por la experiencia de haber vivido situaciones parecidas, «pero no fue futbolista y no tuve la misma suerte». «Le aconsejo, aunque le meto alguna bronca. Lo hago también con el pequeño (Chucky, del Paterna)», añade el exguardameta. Es un fijo en Buñol, aunque ahora algo menos, que es cuando mejor le van las cosas a su ´peque´.

Toño hijo no olvida aquellos momentos «en pretemporadas importantes» en los que estaba en todos los entrenamientos. Su apoyo es constante, algo más en un día tan señalado. «Mi padre siempre le ha tenido mucho cariño al Valencia, sobre todo a la ciudad. Tanto que se quedó a vivir tras dar muchas vueltas. Fue valencianista, pero en el Derbi irá con nosotros, porque está ligado conmigo al fútbol, en todo momento pendiente de mí, ayudándome, dándome consejos. Por él estoy jugando en Primera y estoy muy agradecido. Me ha exigido mucho, con alguna reprimenda que otra», reconoce el ´3´ titular.

«Di Stéfano me quería conocer y estuve entre diez y quince días antes del fichaje», recuerda Antonio de sus primeros días en el Valencia en la temporada del infierno en Segunda División. La ´Saeta Rubia´ fue quien le apodó el ´Galán de América´ por su constitución marcial y musculada. Llegó del Parla. El VCF buscó volver a dar en el clavo en el mercado madrileño como sucedió con Quique y Arroyo, que aterrizaron del Pegaso y el Alcorcón. A su lado tuvo a compañeros como Quique, Giner, Revert, Arias, Bossio, Subirats, Fernando, Arroyo, Fenoll, Alcañiz, entre otros. Suplió a Bermell, que se quedó en el Cádiz, un club que había ´pactado´ con el Betis un empate que salvaba a los gaditanos y hundía al Valencia. En su primera campaña (86/87) estuvo inédito en partido oficial. Se alternaron en la portería Sempere y Serna, otro que había llegado desde Madrid, del Castilla. En la siguiente (87/88), en el calentamiento del Trofeo Naranja, Sempere sufrió una rotura del tendón de Aquiles y fue Antonio quien se hizo con la guarida hasta la jornada 21. Su actuación más sonada fue la del Camp Nou. Mantuvo su portería a cero ante el Barcelona, y un gol de ´Carlitos´ Arroyo fulminó a Terry Venables, que fue reemplazado por Luis Aragonés. Hubo injustas dudas, pero cumplió. Quizás algo tuvo que ver su leyenda de que a veces jugaba como delantero.

Del Valencia se marchó al Recreativo, donde unas cuantas temporadas después estaría su hijo. «En Huelva fue engendrado Toño», recuerda entre risas el papá. Y con casi 40 ´palos´ colgó las botas en el Burjassot de Cerveró. «Soy valenciano a todos los efectos y fue un orgullo acabar mi trayectoria futbolística en un club con tanta historia», afirma. Sin embargo, en ningún momento se ha desvinculado del fútbol. Tiene el título de entrenador nacional, se sentó en los banquillos del Burriana, Paiporta o el Villarrobledo y fue preparador de porteros en las escuelas de Levante y Valencia.

Toño y el Valencia B

No tuvo Toño una vinculación directa con el Valencia, pero casi. «Estuve en Crack´s, donde prácticamente todos los jugadores eran cedidos por el Valencia. Allí estuve esos dos años en División de Honor juvenil», recuerda. Luego participó en un par de partidos típicos de final de temporada, unos torneos, con el Juvenil blanquinegro, pero siguió en el club de San Antonio de Benagéber «hasta que me desvinculé totalmente». Estuvo a punto de firmar en 2011 por el filial del Valencia, cuando militaba en el Castellón, pero se decidió por el Villarreal B, que estaba en la División de Plata. «Sí que hubo un interés del Valencia para irme a su filial, pero la oferta deportiva del Villarreal fue mejor, más fuerte, porque su ´B´ estaba en Segunda División», ratificó. No jugó en el 2-1 del Ciutat y esta vez podrá vivir su primer duelo de máxima rivalidad. Un partido más emotivo «que el del Camp Nou o el Bernabéu, porque llevo toda la vida en València y me siento un valenciano más». «He jugado contra su segundo equipo con el Villarreal B y ahora me toca ante el primero en Mestalla, donde he visto bastantes choques. Como siempre he dicho, es muy especial jugar en Primera e intentar hacerlo bien, más en encuentros de esta envergadura», concluye el ´3´.