Eduardo Berizzo conoce bien el oficio de marcador central. En sus 18 años de carrera defendiendo los colores de Newell´s, River Plate o Celta de Vigo dejó huella como un futbolista contundente, disciplinado y con una enorme personalidad. Después de sufrir a Otamendi, el argentino diseccionó a su compatriota y le encumbró con una serie de elogios superlativos: «Me parece un gran central, un jugador de una capacidad física para cubrir el campo con un instinto defensivo con un punto de agresividad que lo transforma en un defensa fantástico; no sólo defiende, además, ha destrabado partidos difíciles. Estamos ante uno de los grandes defensas de la historia de Argentina y de esta Liga por supuesto». Berizzo, el apóstol de Marcelo Bielsa, dejó una declaración rotunda. Y sabe de lo que habla.

La explosión de Otamendi ha recuperado la cadena de grandes centrales argentinos que parecía rota tras el adiós de Roberto Fabián Ayala. El nivel que ha consolidado en Mestalla está superando todas las expectativas. Frente al Celta de Vigo volvió a aparecer como héroe para lograr el empate y firmar un quinto gol liguero, un registro de récord para un central del del Valencia.