Balón de Plata en ese Mundial juvenil de Nueva Zelanda fue Danilo Barbosa da Silva. Para los especialistas que siguieron el campeonato, fue una sorpresa que no quedará como mejor jugador. Pero la derrota en la final y el guiño de la organización a Mali hicieron que el galarón fuese para Adama Traoré.
La carrera de Danilo corre bajo la tutela de Gestifute. En 2013, cuando todavía estaba en el equipo juvenil de Vasco da Gama, pasó a formar parte del elenco de Jorge Mendes. El verano pasado, llegó al Braga donde ha cerrado una primera temporada en el fútbol europeo notable. Danilo es uno de los centrocampistas más completos de su generación (Brasil, 1996). Defiende con intensidad, distribuye con calidad y llega al ataque por potencia. Encaja perfecto en lo que necesita el Valencia.
Fuerza de la naturaleza, todavía debe aprender a gestionar su ímpetu, también a ser más seguro en la selección de pase. Por lo demás, tiene una pinta realmente espectacular. Partiendo desde la posición de mediocentro defensivo es capaz de dominar y llevar el peso de todo el centro del campo ofrenciendo equilibrio y salida, en corto y en largo. Tiene mentalidad defensiva y recursos ofensivo de categoría. Juega con la cabeza levantada y desparrama personalidad. Su nombre está encima de la mesa; sería un acierto. Todo esto es lo que quiere Peter Lim para el Valencia. Juventud y experiencia. Pero, sobre todo, calidad.
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