«Sólo pienso en llegar a la pretemporada e ir a muerte. Después ya se verá lo que pasa». Rober Ibáñez viene lanzado. Después de su buena experiencia en Granada, el extremo regresa con hambre. Aunque sabe que su futuro todavía está en el aire, a la espera de conocer cuales son los planes de Nuno, él está dispuesto a todo. ¿Bakkali? «No me voy a venir abajo venga quien venga. Soy consciente de que para hacerme un hueco me lo voy a tener que currar mucho porque hay un nivel altísimo? Feghouli y Piatti han hecho una temporada espectacular, también están Rodrigo y De Paul, que puede jugar por fuera», asegura el de Sant Bult.

Rober ha aprovechado bien las vacaciones. Ha tenido tiempo de cargar pilas y prepararse para llegar con gasolina en el depósito; ha estado corriendo por el río y también ha tenido tiempo para visitar el campus de la UD Bétera, donde su tío, Vicente Castro (entrenador de la cantera del Valencia durante muchos años), dirige al equipo amateur junto a Judith. Rober compartió la mañana con los más pequeños, firmó autógrafos y su nombre fue coreado por los 200 niños que se dieron cita en el polideportivo de la localidad.

El objetivo es seguir creciendo

Su notable rendimiento en Los Cármenes le ha convertido en un futbolista pretendido. Celta, Betis, Depor, Rayo y el propio Granada han pedido formalmente su cesión. Hoy, está centrado en el Valencia al cien por cien. Su futuro inmediato pasa por incorporarse el día 5 y hacer la primera parte de la pretemporada en Austria. Nuno decide.

Rober (22 años) es consciente de que está en un momento donde necesita tener continuidad, competir y jugar partidos. «Si me dicen que tengo que marcharme cedido me lo voy a tomar bien porque me ha ido muy bien esta temporada. Sé lo que es jugar en Primera y estos meses me he visto muy bien», el extremo tiene claro que tiene que seguir creciendo. Esta temporada ha estado bien, pero no es el máximo: «Mi techo aún no se ha visto y espero seguir en la misma línea». La confianza y el entorno positivo que le han brindado técnicos, aficionados y compañeros han redondeado esa primera experiencia lejos de casa. La primera parte de la temporada pasada no fue fácil, aunque el voto de Nuno para que se quedara en el primer equipo fue importante. Allí consiguió destaparse, por fin, para el fútbol de élite.

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Rober tiene claro que puede ser importante dentro de la plantilla: «Al Valencia le puedo aportar verticalidad, desborde y gol, lo que siempre he tenido y siempre intento explotar». Desde pequeño siempre ha tenido mucho gol. En Granada ha dejado cinco que se han traducido en ocho puntos vitales para la salvación. En Infantil fue máximo goleador de la cantera del Valencia con 54 roscos. Su evolución le está configurando como un atacante de banda moderno. En Granada ha demostrado que también puede actuar por dentro y que rinde por cualquiera de las dos bandas, aunque se siente más cómodo en la derecha.

Ponerse una camiseta que no fuera la del Valencia fue extrano: «Me veía muy raro cuando iba a entrenar y todo. Luego te vas acostumbrando, pero es una sensación muy extraña». Siempre ha jugado de blanco y negro. Estos seis meses en Granada le han servido para dejar de ser un desconocido. Se lo ha currado mucho: «Ha llegado mi momento. Este año tiene que ser el mío, tengo que explotar definitivamente». Rober lo tiene claro.