Santi Mina admite sólo una duda: todavía es un futbolista en pleno proceso de desarrollo. Con 19 años, necesita minutos, continuidad y confianza para evolucionar con firmeza; ese es el ecosistema que en Vigo le ha permitido explotar en los últimos tres meses de campeonato. ¿Condiciones? Las tiene todas. El punta vigués se perfila como el atacante perfecto para complementar a Paco Alcácer y Álvaro Negredo. Ofrece una variante diferente, necesaria para la plantilla por su potencial. El vigués no es un ´delantero de área´, rompe llegando desde atrás a toda velocidad, crea sociedades, desbodarda desde los costados, tiene calidad para alimentar a otro atacante y es capaz de autoabastecerse. Ahora queda en manos de Nuno Espírito Santo. En el Celta se ha abierto camino actuando a alto nivel desde el sector derecho, como centrocampista o atacante de banda. Por versatilidad es otra alternativa para la delantera y para cualquiera de las posiciones de la mediapunta; Feghouli y Piatti tienen un duro competidor.

Punta autosuficiente

Santi Mina genera y finaliza. No necesita que le hagan la jugada porque es capaz de fabricársela. No es un jugador de formato único . Tiene unas condiciones físicas tremendas (potencia en la arrancada y fuerza), guarda calidad para conducir a toda velocidad, brilla en el uno contra uno, traza desmarques de ruptura, ataca los espacios y es un jugador realmente preciso en la definición. Esa es una de sus virtudes principales; domina todos los registros del remate, incluido el juego aéreo. En la segunda vuelta ha dejado su sello ante Sevilla (penalti), Almería, Real Madrid y Rayo, al que le hizo cuatro goles para la historia. Es recomendable repasar esa actuación porque retrata a la perfección la personalidad del nuevo protagonista blanquinegro.

La mentalidad adecuada

Quienes han seguido su trayectoria destacan que tiene las ideas claras y la cabeza amueblada. Siempre fue considerado niño prodigio, fue el icono de la generación que alcanzó la final de la Copa de Campeones juvenil en 2013, internacional en categorías inferiores con España y debutó en La Liga BBVA con 17 añitos (16/02/2013, en el Coliseum de Getafe) sustituyendo a Iago Aspas, ídolo hecho en A Madroa por proyecto de crack hecho también en casa. Cero pajaritos. Siempre tuvo claro que su carrera iba a depender de la constancia en el trabajo. Ese ha sido el denominador común con el que ha rascado minutos con entrenadores tan exigentes como Luis Enrique y Berizzo.

Un salto trabajado

Santi Mina todavía está verde en muchos sentidos. Obvio y natural. Sin embargo, en el último tercio del campeonato ha recogido los frutos de su sacrificio. De mayo a julio de 2014 ya empezó a sentirse. No está rematado todavía, pero físicamente ha dado un salto. En su etapa juvenil destacó por su potencia de piernas y sobre eso ha insistido con el objetivo de evolucionar al máximo su velocidad y cambio de ritmo. El delantero ha seguido un plan específicio „rematado por el cambio de adolescente a joven„ que se ha reflejado en su musculatura, en la coordinción y en su intensidad. Con Luis Enrique participó, pero con menos protagonismo del esperado y la salida vía cesión fue una opción contemplada en los últimos mercados. El papel de agitador entrando desde el banquillo era interesante, pero insuficiente para producir un cambio competitivo a corto-medio plazo.

Esta misma temporada, con Eduardo Berizzo, la situación era similar hasta primavera. Con Orellana, Nolito o Larrivey como competencia, hacerse hueco en el once no era un misión sencilla. En las diez últimas jornadas se ha crecido hasta cambiar la estructura del esquema y realojar al chileno Orellana en la mediapunta.

Explosión desde la derecha

El salto de Santi Mina está estrechamente ligado a su aparición en la banda derecha. En el Valencia puede ser el jugador que aporte pegada desde esa posición. Eso sí, no es un extremo. El vigués siempre fue un primer punta o un segundo delantero, pero su última etapa juvnil la remató como atacante desde la banda izquierda, donde se proyectaba trazando diagonales. Con Nolito, romper ahí ha estado vetado. En el Valencia tiene abierto el camino. Además, esa función la desorrolla con más naturalidad que Rodrigo, por ejemplo. Tiene el trabajo que demanda Nuno para los jugadores que juegan en la banda y la llegada de un delantero.

Conduce, encara, te fractura a la espalda por velocidad y desmarque, alimenta sociedades, se despliega con verticalidad, ataca espacios? Sus cualidades se ajustan al estilo de presión (recuperación y ataque rápido) y contragolpe de Nuno. Así lo ha demostrado en un entramado más sofisticado como el de Berizzo.