Si el trofeo amistoso de esta tarde es especial para alguien, ese es Jaume Domènech. El joven portero del Valencia será titular por segunda vez en el primer equipo y tiene ganas de convencer. Lleva dos años luchando por una oportunidad y esa por fin ha llegado. Las lesiones de Diego Alves y Yoel le abren las puertas de la portería. Acumula veinte convocatorias con el primer equipo, un año de entrenamientos al más alto nivel de exigencia con Nuno y Otxotorena y está preparado para demostrar que el Valencia sí tiene un portero. De la casa y de garantías. El de Almenara se exhibió el verano pasado en la pretemporada de Alemania, tiene ofertas de otros clubes, pero su único y mayor sueño es el Valencia. El Red Bull Arena le espera para triunfar.

La portería del Valencia CF está cara. No deja de escuchar y leer que el Valencia busca portero. Lo entiende, pero no le asusta. «Estamos hablando del Valencia, un club grande, y en la élite siempre es normal que se hable de fichajes, pero eso no depende de mí, lo que depende es trabajar y es lo que hago». Ser portero en el Valencia es difícil, siempre fue y será así, pero Jaume no se rinde. «No me voy a rendir, estoy preparado para luchar, ser mejor portero y esperar que llegue mi momento». Y ese ha llegado. «Tengo muchas ganas. Llevo trabajando mucho tiempo para tener una oportunidad y si el míster lo considera oportuno, podré jugar. Tengo muchas ganas. Yo disfruto entrenado porque me encanta mi profesión y me encanta ser portero, pero uno trabaja todos los días para que lleguen las oportunidades y ojalá llegue ese día». Hoy será titular ante el Southampton y se lo dedicará a su abuelo. «Me acordaré de mi abuelo que falleció el verano pasado. Ya le dediqué el partido de Lima, pero sé que para él era una ilusión verme como portero de un equipo de Primera».

Atrás queda mucho esfuerzo. El verano pasado en Herzogenaurach fue una de las sensaciones del verano. «El año pasado tuve una buena pretemporada, me preparé bien y acabé muy contento, también con la temporada. Estoy muy agradecido a Nuno por la confianza que me ha dado porque me ha permitido rendir mejor y tener aún más confianza en mí. Este último año me ha curtido mucho entrenar todos los días con Nuno y Otxotorena porque trabajas a un nivel de exigencia máxima. Son dos personas muy importantes para mí». De momento, el pasado miércoles dejó la portería a cero contra el Wiener. «Fue un partido feo por la lluvia, el campo estaba embarrado, pero estuvimos al nivel y acabamos con buenas sensaciones». Si hay empate, habrá penaltis a muerte súbita. Esa es precisamente su especialidad.