La última puesta en escena del equipo en Austria dejó las primeras pinceladas de Zakaria Bakkali. Poco más de media media hora de fútbol de verano en la que el joven extremo, una de las pocas caras nuevas del Valencia de Nuno, constató una realidad por encima de cualquier valoración táctica. Tiene velocidad en sus piernas, descaro y habilidad, cualidades que lo deslizan como un proyecto de futbolista que puede llegar a marcar diferencias. Genera expectativas cada vez que coge el balón, pero son muchos los aspectos que todavía debe controlar si quiere ser determinante. El belga de origen marroquí protagonizó detalles de calidad con cuentagotas, partiendo primero desde la izquierda e intercambiando su posición con la de Fede Cartabia. En el minuto 15, levantó la cabeza y aceleró en diagonal esquivando contrarios hacia el corazón del área. Una maniobra que trató de repetir en un par de ocasiones: siempre partiendo desde la cal hacia adentro. Sin apenas ritmo y sin apenas tiempo, su primera comparecencia fue tibia pero alentadora.

Bakkali se sintió de nuevo futbolista. Volvió a disputar un partido de fútbol después de casi un año. No lo hacía desde el pasado 29 de agosto de 2014, con la camiseta del filial del PSV Eindhoven. El valencianista acusó la inactividad en la medida que no logró ser decisivo en ninguna de las situaciones de partido. Necesita jugar y entrenar. En una demarcación tan específica como la del extremo, el aspecto físico se antoja como una cualidad básica para poder ser desequilibrante y marcar la diferencia. Han transcurrido ni más ni menos que quince meses desde que Zakaria disputó su último partido con el primer equipo del PSV. Se trata de un jugador fundamentalmente explosivo, por lo que ayer su carta de presentación no es del todo exacta. Ganas y más ganas. Pero con mucho trabajo todavía por delante.

Siempre manejó el balón con la derecha, actuando en diagonal. Un aspecto que sorprendió, dado que no comandó ni una sola acción en profundidad por la banda. Demostró que se siente cómodo en cualquiera de los dos costados y en el minuto cinco ya había cambiado a la derecha. Tres minutos después, de vuelta a la izquierda. Tiene ganas de mostrarse, quiere agradar a los técnicos y tratar de hacerse un hueco. Sus cualidades están fuera de toda duda, atesora quizá el ingrediente más exlcusivo del fútbol moderno: la velocidad y la habilidad para el regate. Sin embargo, de momento presenta carencias importantes en el plano táctico y a la hora de defender sin el balón. En este sentido, ayer falló en el repliegue y el Werder Bremen entró hasta la línea de fondo por su banda superando en número a Salva Ruiz. Sus opciones de quedarse en la plantilla „podría salir cedido a equipos como el Schalke 04 o el Benfica„ están unidas a su evolución en el plano físico y táctico durante las próximas semanas.

Sito sigue creciendo

El mejor socio de Bakkali fue ayer Fede Cartabia. El argentino desplegó una gran actividad entre líneas, también partiendo desde afuera hacia adentro y fue protagonista en el juego de ataque del conjunto de Nuno Espírito Santo. En los últimos minutos del encuentro ante el Werder Bremen el luso retiró a ambos futbolistas y dio entrada a Rober Ibáñez y a Sito, un futbolista con un enorme potencial, muy explosivo, que gozaba de la confianza ciega de Rufete y los suyos y que ayer demostró que sigue creciendo.